
La emisión diaria habitual del popular talk show «Y ahora Sonsoles» en el canal Antena 3 no prometía sensacionalismos. En el estudio se trataba un tema muy cotidiano: la importancia de leer la información en los envases de los productos. El experto invitado, el dietista Luis Alberto Zamora, conocido por el público como Nutriman, explicaba metódicamente a los espectadores los detalles de la composición y el valor calórico. La presentadora, Sonsoles Ónega, conducía la conversación, como siempre, con profesionalidad y una sonrisa, orientando el diálogo hacia puntos útiles. El ambiente era tranquilo y profesional, hasta que el especialista en nutrición recurrió a una metáfora muy original que cambió de inmediato el rumbo del programa.
Con el objetivo de ilustrar su idea de manera clara, Zamora hizo una comparación inesperada. Afirmó que las etiquetas de los productos son como las opiniones de las personas: lo más importante y veraz suele estar ‘a la espalda’, es decir, escrito en letra pequeña en la parte posterior, y no en la llamativa cara frontal del envase. Esta aguda analogía sorprendió a Sonsoles Ónega. Su reacción fue instantánea y muy emotiva: exclamó en voz alta al comprender la profundidad de la comparación. El paralelismo fue tan acertado y realista que la presentadora no pudo ocultar su asombro. Al notar su reacción, Nutriman desarrolló aún más su idea, precisando que para conocer la verdadera actitud hacia uno mismo, siempre importa más lo que se dice en tu ausencia que los cumplidos en presencia.
En ese momento, otra participante del debate, la periodista Pilar Vidal, intervino en la conversación. Con una sonrisa irónica, confirmó que la nutricionista tenía razón y dejó entrever que en su equipo de trabajo tampoco faltan los comentarios entre bastidores, incluso sobre la propia presentadora. «Ya te contaré luego lo que dicen de ti», soltó, avivando aún más la curiosidad. La curiosidad de Ónega pudo más que la compostura profesional. Sin querer esperar al final del programa, tomó una enorme maqueta de una etiqueta utilizada como atrezzo y, bromeando al esconderse detrás de ella, exigió a Vidal que le revelara los detalles de inmediato. El plató quedó en vilo, esperando la respuesta.
Tras una breve insistencia, Pilar Vidal finalmente desveló el secreto. Resultó que la principal queja de los compañeros hacia Sonsoles es que, supuestamente, no les deja intervenir durante las emisiones. Al escuchar esto, la presentadora quedó sorprendida. «¡Eso es increíble!», exclamó con genuina indignación, aunque en su voz ya asomaban las risas. Intentando justificarse, Ónega comentó irónicamente que esa es su «guerra de siempre» y que, de hecho, sería feliz si pudiera guardar silencio durante las tres horas que dura el programa. Para demostrarlo, guardó silencio de forma ostentosa y, con un gesto, invitó a la nutricionista a continuar sola su relato. Este divertido episodio concluyó con una amistosa discusión con Pilar Vidal, a quien Ónega, en tono de broma, acusó de querer llamar la atención, pero añadió que, a diferencia de otros, se lo decía directamente. El programa continuó entre las risas de todo el plató.






