
Más de un siglo después de que la reina Victoria organizara activamente los matrimonios de sus descendientes con miembros de casas reinantes de toda Europa, podría estar gestándose una nueva alianza real en el continente. La atención se centra ahora en la princesa heredera de Bélgica, Elisabeth, y el príncipe Georg de Liechtenstein. Su supuesto romance, del que se empezó a hablar tras la aparición de una foto veraniega, podría convertirse en la primera unión en medio siglo entre miembros de dos casas reinantes.
Ella es Elisabeth, duquesa de Brabante, destinada a convertirse en la primera reina con plenos derechos de la historia de Bélgica. Él es el príncipe Georg von und zu Liechtenstein, tercero en la línea de sucesión al trono de la monarquía más rica de Europa. Su posible relación salió a la luz pública gracias a una fotografía tomada este verano, supuestamente en Grecia. La reacción del palacio real belga ante esta imagen fue poco convincente y solo aumentó el interés.
Si esta relación se confirma y se desarrolla, marcaría una significativa ruptura con la tendencia actual, donde los herederos de los tronos europeos eligen como pareja a personas de origen no aristocrático. Basta recordar al rey de España Felipe VI y la periodista Letizia Ortiz, a la princesa heredera de Suecia Victoria y su entrenador personal Daniel Westling, o al rey de Dinamarca Federico y la agente inmobiliaria Mary Donaldson. La última vez que dos miembros de familias reinantes contrajeron matrimonio fue en 1982, cuando el príncipe Nikolaus de Liechtenstein se casó con la princesa Margarita de Luxemburgo.
La fotografía de Elisabeth y George, en la que ambos se ven felices y muy próximos, se difundió rápidamente en las redes sociales. El comentario de la oficina de prensa oficial del palacio belga solo aumentó la intriga. Los representantes de la corte informaron que han visto la imagen, pero no pueden asegurar si es real o fue creada mediante inteligencia artificial. Al mismo tiempo, subrayaron que no comentan asuntos de la vida privada, sin desmentir la posible existencia de una relación romántica. Para la heredera al trono de Bélgica, este es el primer romance supuesto que recibe tanta atención mediática.
La princesa Elisabeth cuenta con una educación sobresaliente. Tras finalizar sus estudios en UWC Atlantic, en Gales, donde también cursaron las princesas españolas, recibió formación militar, estudió en Oxford y actualmente realiza un posgrado en la Kennedy School de Harvard. Elisabeth, considerada mucho más carismática que su padre, el rey Felipe, goza de gran aprecio y apoyo entre sus compatriotas. La prensa belga ya en 2024 señalaba que la monarquía tenía mucha suerte de contar con una heredera así, capaz de insuflar nueva vida a una institución centenaria.
En cuanto al príncipe Jorge, su jefe de Estado es su abuelo, el príncipe Hans-Adam II, aunque desde 2004 el poder ejecutivo recae en su hijo y padre de Jorge, Alois. A diferencia de la mayoría de las monarquías europeas, el príncipe reinante de este próspero Estado de Europa Central posee una considerable autoridad constitucional. Jorge se formó en la Malvern School del Reino Unido y luego en una universidad suiza. Ha trabajado en Alemania y Estados Unidos, manteniendo en reserva su título. La familia Liechtenstein compensa su discreta presencia mediática con una fortuna colosal. Es la única monarquía propietaria de su propio banco, LGT Group, y su patrimonio personal se estima en unos 10.200 millones de euros, una cifra muy superior a la de la familia real belga, que ronda los 20 millones de euros. Cabe destacar que las leyes de Liechtenstein no permiten que las mujeres hereden el trono, por lo que Jorge, pese a tener una hermana mayor, es el tercero en la línea de sucesión.





