
En pleno corazón de San Sebastián, a solo unos pasos de la famosa playa de La Concha, se encuentra un hotel que ofrece a sus huéspedes algo más que alojamiento: una auténtica inmersión en la cultura del País Vasco. Ocupa un majestuoso edificio neoclásico del siglo XIX, bajo la protección de la Catedral del Buen Pastor. Aquí, la sobria fachada histórica alberga un alma moderna y cálida, creando una experiencia única para viajeros que buscan autenticidad y tranquilidad.
Fusión de épocas en el corazón de Donostia
El edificio del hotel, parte del conjunto monumental de la plaza Buen Pastor, fue cuidadosamente restaurado por el equipo de Fiark Arkitectos. Los arquitectos lograron preservar el legado histórico, dotándolo de un contenido contemporáneo. En el interior predominan materiales naturales como la madera, la piedra y textiles nobles. En lugar del tradicional mostrador de recepción, los huéspedes son recibidos de manera personalizada, creando de inmediato un ambiente acogedor y hospitalario. Este hotel es más que un simple alojamiento: es un refugio urbano donde la estética artesanal y la cultura local dialogan con el diseño actual, ofreciendo a los visitantes un respiro del bullicio de la ciudad.
Espacio personal: del diseño al confort
El hotel cuenta con 50 habitaciones, cada una de ellas con un nombre en euskera. Dado que se ha conservado la estructura original del edificio, todas las habitaciones son únicas en forma y proporciones, desde espacios estándar de 23 metros cuadrados hasta amplias suites y dúplex de dos niveles. Los interiores están decorados con piezas icónicas de diseñadores como Norman Foster e Isamu Noguchi, que conviven armoniosamente con obras de artesanos locales inspiradas en la tradición vasca. Destacan especialmente las suites con vistas a la catedral y los dúplex abuhardillados con chimenea. La excelente insonorización garantiza un descanso tranquilo a pesar de la proximidad a las principales calles comerciales y gastronómicas de la ciudad.
Narru: el corazón gastronómico del hotel
El restaurante Narru, dirigido por el chef Iñigo Peña, es una de las principales joyas del hotel. Su cocina se basa en tres pilares: la estacionalidad, la calidad del producto y la cercanía a la fuente. Los huéspedes pueden comenzar el día con un desayuno degustación, que se ha convertido en el sello de la casa. Incluye frutas frescas de temporada, yogur natural Goenaga, zumo recién exprimido, una cesta de bollería fresca, mermeladas artesanas, embutidos y huevos preparados al gusto del cliente. El menú principal es un homenaje a los productos del mar Cantábrico y de la tierra vasca. Aquí se pueden probar ostras frescas, anchoas, ventresca de atún y bogavante asado. Entre los platos de carne destacan la cola de cerdo con carabinero, el cerdo ibérico con castañas y el chuletón premium. El pescado más fresco se cocina a la parrilla para conservar su sabor original. Los postres, como la crema de queso templada con frutos rojos o la tarta de manzana con helado de leche, son el final perfecto para la comida. Para una experiencia completa, se ofrece un menú degustación de seis platos.
Lujo en los detalles y atención al huésped
El concepto del hotel se basa en la idea de lujo sostenible, con precios que parten de 400 euros por noche. A los huéspedes se les ofrece una amplia gama de servicios diseñados para garantizar el máximo confort: bicicletas eléctricas para recorrer la ciudad, gimnasio, saunas, toallas de playa y servicio de aparcacoches. Cada detalle, desde la vajilla artesanal del restaurante hasta la música ambiental en el vestíbulo, está cuidadosamente seleccionado para crear una sensación de paz y bienestar en el dinámico centro de San Sebastián.






