Las soleadas calles de Marbella y sus alrededores, donde los turistas suelen disfrutar de la playa, se han convertido en los últimos años en escenarios de violentos enfrentamientos entre ciudadanos suecos. El reciente asesinato de un joven rapero de Estocolmo a plena luz del día fue solo un eslabón más en la cadena de incidentes similares. El agresor, también ciudadano sueco, fue detenido casi inmediatamente después del ataque, aunque las causas del conflicto siguen sin esclarecerse.
Las autoridades locales señalan que estos episodios ya no sorprenden. En los últimos años se han registrado numerosos casos en la Costa de Málaga relacionados con la actividad de bandas criminales escandinavas. Se emplean no solo armas de fuego, sino también explosivos, y el número de detenidos se cuenta por decenas. La mayoría de los conflictos tienen su origen en la lucha por el control del narcotráfico, así como en disputas por deudas, negocios fallidos y el intento de acaparar una mayor cuota de mercado.
Nuevas caras y métodos: exportación criminal desde Suecia
La ola de violencia que comenzó en Suecia a principios de la década de 2010 ha llegado gradualmente también a España. En la Costa del Sol operan grupos con nombres conocidos por las crónicas escandinavas, y sus integrantes aparecen cada vez más involucrados en tiroteos y atentados. La policía señala que entre los participantes hay no solo delincuentes experimentados, sino también jóvenes, en ocasiones incluso menores de edad. Algunos llegan a la costa para esconderse o hacer negocios; otros, con el objetivo concreto de eliminar a sus competidores.
Preocupa especialmente la tendencia al uso de los llamados “sicarios a sueldo”, que no siempre tienen vínculos directos con las bandas. Se recluta a jóvenes, a menudo sin antecedentes criminales, para delitos puntuales, aprovechando las tecnologías modernas para comunicarse y coordinarse. En algunos casos, los autores resultan ser adolescentes, a quienes es fácil convencer y difícil rastrear en aplicaciones de mensajería cifrada.
Juventud e innovaciones criminales
En los últimos años, la policía se enfrenta a nuevos métodos: grupos familiares enteros, incluidos menores, organizan la captación de ejecutores a través de internet. En uno de los casos, un adolescente de Alicante lideraba una banda dedicada a buscar “empleados” para eliminar a la competencia. Los juicios de estos casos se celebran tanto en España como en Suecia, y las penas para los menores de edad siguen siendo relativamente leves.
Expertos señalan que los fenómenos criminales que surgen en un país se expanden rápidamente por Europa. España, debido a su clima y ubicación geográfica, se ha vuelto atractiva para elementos delictivos provenientes del norte. Como resultado, los tiroteos ocurren cada vez con más frecuencia en las calles de ciudades turísticas, y tanto residentes como turistas presencian situaciones peligrosas.
Retos para la policía y la sociedad
Las autoridades de España y Suecia están reforzando su cooperación para hacer frente a una nueva ola de criminalidad. Se crean unidades especiales dedicadas a investigar asesinatos por encargo y enfrentamientos entre bandas extranjeras. Sin embargo, los expertos advierten que, si la tendencia continúa, no solo los participantes en estos conflictos criminales estarán en riesgo, sino también los transeúntes. Por ahora, la Costa del Sol sigue siendo no solo un paraíso turístico, sino también un escenario de peligrosos enfrentamientos que hasta hace poco parecían imposibles en España.
