
El gobierno de Andalucía ha realizado cambios significativos: Antonio Sanz ha asumido el cargo de jefe de Sanidad regional. Esta decisión se toma en medio de un sonado escándalo relacionado con los retrasos en las pruebas de detección de cáncer de mama. Las autoridades regionales esperan que el nuevo responsable logre estabilizar la situación y recuperar la confianza de la ciudadanía en el sistema de salud.
Antonio Sanz, originario de Jerez de la Frontera, es desde hace tiempo una de las figuras clave en la política andaluza. Anteriormente ocupó el cargo de viceconsejero de Presidencia y fue delegado del gobierno central en la región. En los últimos años, su influencia dentro del ejecutivo se ha fortalecido, especialmente tras la marcha de Elías Bendodo a Madrid. Ahora, Sanz tendrá que dirigir el departamento con mayor presupuesto del gobierno andaluz, ya que el área de Sanidad cuenta con más de 15.000 millones de euros.
Hasta hace poco, Sanz supervisaba varias áreas al mismo tiempo: asuntos internos, diálogo social y reformas administrativas. Sin embargo, tras su nombramiento, probablemente deberá delegar parte de sus antiguas responsabilidades en otros compañeros para concentrarse en los problemas urgentes del ámbito sanitario. Su antecesora, Rocío Hernández Soto, dejó el puesto tras las críticas motivadas por fallos en la organización de los cribados y retrasos en los diagnósticos.
Al nuevo responsable de Sanidad le espera una tarea complicada: no solo debe superar las consecuencias de la crisis, sino también llevar a cabo reformas que permitan evitar situaciones similares en el futuro. Faltan solo unos meses para las elecciones en Andalucía, y la percepción pública sobre el actual gobierno dependerá en gran medida de la eficacia del trabajo de Sanz. En breve se prevé un pequeño reajuste en el gabinete para redistribuir responsabilidades entre los ministros y reforzar el control sobre las áreas clave.




