
Los habitantes de las ciudades costeras de Málaga se enfrentan cada vez más a la imposibilidad de llegar rápidamente al trabajo o a casa. Incluso los trayectos cortos en las mañanas y tardes se convierten en una prueba de paciencia: largas colas de automóviles avanzando lentamente por las carreteras se han vuelto parte habitual de la vida para miles de personas. El problema se siente especialmente en los tramos clave de la autopista A-7, donde el tráfico queda prácticamente paralizado en las horas punta.
Las causas del colapso del tráfico no se limitan al aumento de la población, sino también al rápido encarecimiento de la vivienda en el centro de Málaga. Muchas familias se ven obligadas a mudarse a las afueras, manteniendo sus empleos en la capital. Como resultado, cada mañana y tarde las carreteras se llenan de coches y el transporte público no da abasto con el flujo de pasajeros. Los autobuses suelen quedarse atascados en los mismos embotellamientos que los vehículos privados, ya que prácticamente no existen carriles exclusivos para ellos.
Demografía e infraestructuras: intereses en conflicto
En los últimos años, la población de la región ha aumentado no solo por los españoles, sino también por la llegada de extranjeros que eligen la Costa del Sol para vivir y trabajar. Sin embargo, el desarrollo de la infraestructura no ha seguido el ritmo de estos cambios. Los proyectos para construir nuevas carreteras y ampliar las existentes se han pospuesto durante años, y propuestas como el tren costero entre Nerja y Algeciras siguen en fase de debate. Mientras tanto, el número de vehículos en las carreteras continúa creciendo, y los accidentes y choques menores en horas punta provocan verdaderos colapsos de tráfico.
Las autoridades regionales y representantes empresariales admiten: sin inversiones a gran escala en el sistema de transporte, la situación solo empeorará. Ya hoy, la saturación de las carreteras afecta negativamente a la economía, reduciendo la atractividad de la zona para turistas e inversores. Hoteles y restaurantes pierden clientes, y los empleados se ven obligados a pasar horas en el trayecto al trabajo.
Buscando soluciones: una mirada al futuro
Los expertos opinan que la única manera de afrontar la crisis es apostar por el transporte público de alta capacidad. Se trata de modernizar los trenes de cercanías, construir nuevas líneas ferroviarias y crear estaciones de intercambio eficientes. Sin embargo, la realización de estos proyectos requiere tiempo e inversiones importantes, y mientras los debates continúan, los residentes siguen perdiendo tiempo atrapados en los atascos.
Las autoridades locales intentan acelerar el proceso proponiendo sus propios planes para mejorar la situación vial. En particular, se está discutiendo la posibilidad de ampliar los principales entronques y construir carriles adicionales en los tramos más congestionados. Sin embargo, sin apoyo a nivel estatal y asignación de fondos presupuestarios, estas iniciativas corren el riesgo de quedarse solo en el papel.
Mientras tanto, la Costa del Sol sigue conviviendo con atascos constantes, y la perspectiva de “morir de éxito” se convierte en una amenaza cada vez más real para una de las regiones de España con mayor crecimiento.





