
El consejo de administración de Celsa Steel ha aprobado una importante reestructuración financiera que contempla la captación de 800 millones de euros para resolver los problemas de deuda. Según el plan, los accionistas aportarán 200 millones de euros al capital social y otros 600 millones llegarán en forma de préstamo subordinado. Esta medida busca estabilizar la situación económica de la empresa y abrir nuevas oportunidades de crecimiento.
Para validar el nuevo esquema de financiación, Celsa ha convocado una junta general extraordinaria de accionistas para el 4 de diciembre. Se espera que, una vez aprobado, todos los cambios se implementen con la mayor rapidez posible, según la coyuntura de los mercados financieros. Además, la compañía planea acudir a los mercados de deuda para reforzar aún más su posición.
En 2024, Celsa Steel afrontó graves dificultades financieras: la facturación ascendió a 3.360 millones de euros, pero el resultado final fue negativo, con unas pérdidas de 281 millones de euros. La principal causa es la elevada carga de deuda heredada de la época en la que la familia Rubiralta gestionaba la empresa. Tras el traspaso del control a los fondos acreedores, la deuda se redujo casi a la mitad, aunque todavía supera los 1.900 millones de euros.
Nueva etapa para Celsa: inversión y optimización
La finalización del proceso de reestructuración financiera fue posible gracias a la venta de activos en los países nórdicos y el Reino Unido. Estas medidas permitieron reducir aún más la deuda y sentar las bases para nuevas transformaciones. El punto de inflexión llegó con la decisión del tribunal mercantil de Barcelona, que respaldó el plan de reestructuración propuesto por los acreedores. Como resultado, la familia fundadora perdió el control de la empresa y la estrategia de desarrollo fue replanteada por completo.
Paralelamente, Celsa puso en marcha un programa de inversiones financiado mediante una ampliación de capital de 166 millones de euros. Actualmente, la mayor parte de este monto ya ha sido invertida, lo que ha permitido mejorar significativamente el beneficio operativo. La dirección de la compañía confía en que estas medidas conducirán a un crecimiento económico notable y al retorno de resultados financieros positivos ya el próximo año.
Perspectivas del sector y expectativas de la empresa
En el corto plazo, Celsa prevé aprovechar el contexto favorable del mercado del acero. Se espera que la demanda aumente gracias a la recuperación del sector de la construcción y la introducción de nuevas medidas y aranceles protectores por parte de la Unión Europea. Estos factores deberían respaldar la recuperación del sector y sentar las bases para un desarrollo sostenible de la compañía.
De este modo, Celsa Steel apuesta por una profunda reestructuración financiera y una política activa de inversiones para superar las consecuencias de errores pasados y recuperar su posición de liderazgo en el mercado. Se avecina un periodo de cambios que podría marcar el comienzo de una nueva y exitosa etapa en la historia del gigante siderúrgico catalán.





