En la pequeña localidad andaluza de Benahavís (provincia de Málaga), conocida por sus exclusivos complejos residenciales y su proximidad a Marbella, agentes de la Policía Nacional de España detuvieron a uno de los criminales más peligrosos de Polonia. El hombre estaba buscado por cargos de asesinato, tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal. Junto a él fue arrestado su colaborador más cercano, que se escondía en Dénia (provincia de Alicante).
Benahavís, con poco más de 9.000 habitantes, atrae desde hace tiempo no solo a turistas, sino también a quienes buscan privacidad y anonimato. Sus villas de lujo, el clima suave y la buena conexión con el aeropuerto hacen que la zona sea popular entre extranjeros adinerados. Sin embargo, estas mismas ventajas son aprovechadas por personas que huyen de la justicia.
El ciudadano polaco detenido en Benahavís había sido incluido en la lista de búsqueda internacional hace dos años. Según fuentes policiales, encabezaba una de las bandas criminales más violentas de Cracovia. La organización se dedicaba al tráfico de drogas desde España hacia Polonia y estaba marcada por su agresividad — en el pasado, sus miembros incluso atacaron a agentes de la guardia fronteriza polaca. El propio detenido anteriormente causó graves lesiones a un representante de la autoridad y tenía un amplio historial delictivo.
La policía polaca comenzó a investigar las actividades de este grupo ya en 2016. Como resultado de una operación de gran escala en 2022, lograron desmantelar dos grandes redes dedicadas al transporte de marihuana y cocaína en grandes cantidades. Sin embargo, el líder y su principal ayudante lograron escapar y abandonar el país.
En la primavera de 2025, los investigadores polacos informaron a sus colegas españoles que los buscados podrían encontrarse en territorio español. La Policía Nacional lanzó una operación especial bajo el nombre en clave «Conde», durante la cual se localizó al principal implicado en Benahavís. Para su detención, se desplegó una unidad especial, entre ellos representantes de la policía de Cracovia. Sobre el detenido pesaban dos órdenes europeas de detención y entrega por cargos de asesinato, tráfico de drogas y participación en organización criminal.
Poco después fue arrestado también su cómplice, que se ocultaba en Dénia — otra ciudad costera de la Costa Blanca popular entre fugitivos. Tanto aquí como en la Costa del Sol, los delincuentes suelen encontrar refugio gracias a la privacidad, el alto nivel de vida y una infraestructura desarrollada. Sobre el segundo detenido también pesaba una orden europea de detención.
Actualmente, ambos hombres se encuentran bajo custodia en España y esperan la decisión judicial sobre su extradición a Polonia. La operación que llevó a su detención fue resultado de la estrecha colaboración entre las fuerzas de seguridad españolas y polacas, y ha vuelto a demostrar que las zonas exclusivas de España atraen no solo a turistas, sino también a criminales internacionales.
