
A finales de septiembre de 2025, en el yacimiento arqueológico de El Puerto de Santa María, en la provincia de Cádiz, se produjo un acontecimiento esperado durante décadas. Tras treinta años de pausa en las excavaciones sistemáticas, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Cádiz retomó el estudio de la enigmática ciudad fenicia de Doña Blanca. Y con razón: esta vez lograron descubrir unas monumentales puertas, que durante mucho tiempo solo habían sido una hipótesis en los planos de los investigadores.
Los trabajos se realizaron bajo un calor sofocante, pero fue precisamente en uno de los días frescos de septiembre cuando la suerte sonrió a los investigadores. La atención de los arqueólogos la captó un gran bloque de piedra que resultó ser parte de la antigua entrada a la ciudad. Este hallazgo confirmó las suposiciones sobre la ubicación de la puerta principal, que, según los especialistas, fue construida siguiendo el modelo de las fortificaciones helenísticas. Las puertas estaban situadas en un quiebro de la muralla, lo que dificultaba el acceso de los enemigos.
Doña Blanca se considera uno de los principales centros fenicios del oeste del Mediterráneo. La ciudad fue fundada por pobladores de Tiro en el siglo VIII a. C. y existió hasta el siglo III a. C. Durante ese tiempo se transformó en un importante núcleo comercial y cultural, por donde circulaban mercancías, ideas y personas. A pesar de contar con una superficie considerable —alrededor de siete hectáreas—, hasta ahora solo se ha excavado una pequeña parte del territorio.
Durante la actual campaña, los arqueólogos se centraron en una zona de 100 metros cuadrados dentro de las antiguas murallas. Además de la puerta, se hallaron componentes defensivos, incluyendo un bolardo de catapulta y fragmentos de cerámica correspondientes a la segunda fase de existencia de la ciudad. Estos hallazgos son especialmente valiosos, ya que arrojan luz sobre un periodo poco estudiado entre los siglos IV y V a.C., cuando la región experimentó profundos cambios relacionados con el declive de la vecina Gadir y la llegada de los cartagineses.
Durante mucho tiempo, Doña Blanca permaneció en la sombra de monumentos más conocidos, pero los nuevos descubrimientos permiten reconsiderar el papel de esta ciudad en la historia de Andalucía. Los arqueólogos confían en que futuras investigaciones ayudarán a reconstruir la vida y la defensa del antiguo asentamiento, así como a comprender cómo fue cambiando la estructura urbana con el paso del tiempo. Ya es evidente: la puerta encontrada es solo el inicio de nuevos hallazgos que esperan bajo la tierra.





