
El clima en España estos días sorprende incluso a los meteorólogos más experimentados. A principios de otoño, el país se encuentra bajo la influencia de un anticiclón persistente, que ha traído no solo cielos despejados, sino también temperaturas récord para esta época del año. Los habitantes de las regiones del sur, especialmente en el valle del Guadalquivir, se ven obligados a resguardarse del calor: los termómetros allí alcanzan hasta 40 grados.
No solo el sur sufre el calor. En las regiones del norte y este, incluyendo Cantabria y las cabeceras del Ebro, la temperatura también ha subido bruscamente. En algunas ciudades del norte y del centro, el aire llega hasta los 35 grados o más, lo que recuerda más al pleno verano que a días otoñales. En la costa mediterránea, en el valle del Ebro y en la Meseta Norte, la ola de calor se siente especialmente intensa.
Las horas nocturnas no aportan el esperado alivio. A lo largo de toda la costa mediterránea, en las tierras bajas del Ebro y en el suroeste de la península, la temperatura no baja de los 20 grados, y en algunas zonas de las Islas Canarias incluso se mantiene en 25 grados por la noche. Las islas orientales del archipiélago viven otro pico de calor: el aire alcanza hasta 35 grados y la densa calima reduce la visibilidad y la calidad del aire. El viento cambia de dirección, incrementando la sensación de bochorno y haciendo que el calor sea sofocante.
Solo en la zona del Estrecho de Gibraltar el cielo estará cubierto de nubes y son posibles lluvias breves. En las montañas del este de la península y en las islas centrales de Canarias podrían formarse nubes de tormenta, pero las precipitaciones serán raras y de corta duración. Los meteorólogos advierten que el calor persistirá algunos días más, y a finales de la semana se espera un cambio brusco en el clima. En las regiones del norte lloverá y las temperaturas bajarán notablemente. Estos contrastes son característicos del inicio del otoño, cuando el verano da paso, poco a poco, a la nueva estación.





