
En los últimos años, España enfrenta una tendencia sostenida: cada vez más jóvenes científicos y especialistas emigran al extranjero en busca de mejores condiciones para su desarrollo profesional. A pesar del alto nivel de formación en las universidades del país, los graduados se encuentran con posibilidades limitadas para avanzar en una carrera científica en su tierra natal.
Muchos jóvenes especialistas que se han graduado de prestigiosas universidades señalan que en España es difícil encontrar un empleo digno en el ámbito científico. Entre las causas mencionan los bajos salarios, la escasez de plazas investigadoras y la insuficiente financiación de proyectos científicos. Como resultado, los egresados prefieren continuar sus estudios o trabajar en otros países europeos o fuera de Europa.
Por ejemplo, una egresada de la Universidad de Barcelona, formada en física y matemáticas, eligió realizar un doctorado en el Reino Unido. Señala que en España es obligatorio tener un máster para acceder al doctorado, lo que complica el proceso y limita el acceso a la actividad científica. En otros países, este camino es más flexible, lo que resulta atractivo para los jóvenes investigadores.
Otro caso es el de un joven especialista de Cataluña, que tras obtener un doble título en matemáticas y ciencia de datos, se trasladó a Francia para continuar sus estudios. Allí realiza prácticas en una importante empresa internacional y destaca que en el extranjero existen más oportunidades para el crecimiento profesional y el desarrollo en el ámbito de la investigación.
Una situación similar se observa entre los graduados de especialidades técnicas. Jóvenes ingenieros que han obtenido doctorados en universidades extranjeras de prestigio señalan que, en España, su cualificación a menudo es subestimada y el nivel salarial no cumple con sus expectativas. Además, muchos enfrentan la falta de equipos modernos y el acceso limitado a la financiación de proyectos científicos.
Los expertos destacan que la combinación de bajas inversiones en ciencia, condiciones laborales inestables y un número reducido de plazas académicas hace que la carrera científica en España resulte poco atractiva para los jóvenes profesionales. Esto provoca una fuga constante de talento, lo que repercute negativamente en el desarrollo nacional de la ciencia y la innovación.
Los jóvenes investigadores consideran que es necesario implementar medidas integrales para cambiar la situación. Entre las propuestas figuran: aumentar el número de becas y subvenciones para la investigación, mejorar los salarios, simplificar los trámites de acceso al doctorado, crear nuevos centros de investigación y apoyar las startups en el ámbito de las altas tecnologías. También es importante el reconocimiento del doctorado como una cualificación profesional plena y ampliar las oportunidades de empleo en el sector científico.
La cuestión de retener a los jóvenes talentos se vuelve cada vez más relevante para España. Sin cambios sistémicos, el país corre el riesgo de perder a toda una generación de profesionales prometedores, capaces de contribuir al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la economía. Ante la competencia global por el capital humano, España necesita revisar urgentemente sus estrategias de apoyo a los jóvenes investigadores para preservar su potencial intelectual y garantizar un futuro sostenible.






