
En agosto de 2025, España enfrentó la ola de calor más intensa desde que existen registros meteorológicos. Según la Agencia Estatal de Meteorología, las anomalías de temperatura alcanzaron los 4,6 grados por encima de la media, superando el récord anterior establecido en julio de 2022.
El calor extremo persistió durante dieciséis días consecutivos, lo que incrementó notablemente el impacto de las altas temperaturas sobre la población y el entorno. Durante este periodo se registraron no solo máximas históricas diurnas, sino también temperaturas nocturnas inusualmente elevadas, especialmente peligrosas para la salud de los grupos vulnerables.
Según las estadísticas, desde 1975 se han registrado 77 olas de calor en la península y Baleares. De ellas, seis se acompañaron de anomalías térmicas superiores a los 4 grados, y cinco de estos episodios ocurrieron en los últimos seis años. Esta tendencia refleja un claro incremento de los fenómenos meteorológicos extremos, asociados al cambio climático global.
Los primeros veinte días de agosto de 2025 fueron los más calurosos de la historia registrada en el país. Del 8 al 17 de agosto, España atravesó un periodo de diez días con las temperaturas medias diarias más altas desde 1950. Los meteorólogos advierten que la duración de estas olas de calor aumenta los riesgos para la salud, especialmente entre los mayores, los niños y personas con enfermedades crónicas, y también favorece el incremento de incendios forestales.
Según estimaciones preliminares, agosto de 2025 se ubicará entre los cuatro meses más cálidos registrados. Cuatro de los cinco agostos más calurosos se han producido en los últimos cuatro años, lo que confirma una tendencia sostenida al calentamiento. Se prevé que el verano de 2025 será uno de los dos más calurosos, prácticamente igualando al de 2022 y superando las cifras de 2003.
Los expertos subrayan que la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor está relacionada con el cambio climático. El análisis de las tendencias de temperatura muestra que estos fenómenos son cada vez más frecuentes, no solo en España, sino en todo el Mediterráneo. Las organizaciones climáticas internacionales pronostican que, para mediados de siglo, las temperaturas estivales en la región serán aproximadamente 2 grados superiores al periodo 1981-2020. Ya ahora, los datos de 2022 y 2025 confirman estas previsiones.
Los meteorólogos indican que en 2025, salvo algunos meses puntuales, prácticamente todo el año fue anómalamente cálido. De enero a agosto, este año se ubicó como el segundo con la media de temperaturas más alta, solo por detrás de 2024. Los últimos cuatro años destacan como los más calurosos de toda la serie histórica en España.
Ante esta situación, los especialistas llaman a una implantación activa de medidas de adaptación y mitigación frente al cambio climático. Se presta especial atención a la protección de la salud de la población, la prevención de incendios forestales y la preparación de infraestructuras ante las nuevas realidades climáticas.






