La conexión aérea entre España y el país más grande de Sudamérica alcanza un nuevo nivel. Para finales de 2025 y comienzos de 2026, la aerolínea insignia española, Iberia, fortalecerá significativamente su presencia en la ruta brasileña, sumando dos destinos totalmente nuevos a los ya existentes hacia Río de Janeiro y São Paulo. Ahora los viajeros podrán volar directamente a Recife y Fortaleza, lo que abre la posibilidad de explorar todo el vibrante y colorido noreste del país, una región que antes se accedía principalmente mediante vuelos de conexión. Esta decisión estratégica no solo reduce el tiempo de viaje, sino que también acerca mucho más la cultura y la naturaleza de Brasil a los europeos.
El noreste inexplorado
Recife, frecuentemente llamado la “Venecia brasileña” por su abundancia de ríos, canales y puentes, es una sorprendente mezcla de pasado colonial y modernidad vibrante. La visita a la ciudad conviene comenzarla en la plaza Marco Zero, desde donde se ramifican las principales calles, incluida la famosa Rua do Bom Jesus, con sus fachadas coloridas y ambiente animado. La ciudad también es un importante centro cultural: el Instituto Ricardo Brennand, con su impresionante colección de arte y armas, así como el taller del ceramista Francisco Brennand, donde gigantescas esculturas conviven en un espacio casi místico, son paradas imprescindibles para comprender el alma de la región. A solo una hora en coche se encuentra Porto de Galinhas, famoso por sus piscinas naturales en los arrecifes de coral y aguas turquesa. Y para una inmersión completa en la historia, vale la pena visitar la vecina ciudad de Olinda, Patrimonio Mundial de la UNESCO, con sus calles empedradas y vistas panorámicas del Atlántico.
La capital del estado de Ceará, Fortaleza, se ha convertido en uno de los destinos favoritos para quienes buscan la combinación de sol, océano y vida activa. El principal punto de atracción es la playa de Iracema, siempre animada tanto de día como de noche. Desde allí se extiende el paseo marítimo de Beira-Mar, famoso por su mercado de artesanía y la infinidad de bares. Otro lugar emblemático es Praia do Futuro, conocido por sus amplios espacios y restaurantes de playa, las ‘barracas’, en los que se sirven mariscos frescos acompañados de música en vivo. Pero la ciudad no es solo playas. El Centro Cultural Dragão do Mar ofrece una intensa programación con museos, cines y salas de conciertos. Los amantes de la aventura pueden salir de la ciudad rumbo a Jericoacoara o Canoa Quebrada, dos pueblos costeros rodeados de dunas, acantilados y agua cristalina. Y para completar la experiencia, nada mejor que una emocionante excursión en buggy por las dunas de arena.
Rutas clásicas con una nueva perspectiva
Río de Janeiro sigue siendo la tarjeta de presentación del país. La vista de la ciudad desde la estatua del Cristo Redentor en el monte Corcovado o desde la cima del Pan de Azúcar, especialmente al atardecer, deja emociones inolvidables. La vida bulle en las legendarias playas de Copacabana e Ipanema, donde siempre hay espacio para un partido de fútbol, relajarse en un quiosco con bebidas frías o pasear tranquilamente junto al océano. Y en febrero, el carnaval convierte toda la metrópolis en un torbellino de música y baile. Sin embargo, Río es una ciudad de múltiples facetas. Lejos del bullicio, es posible encontrar tranquilidad en el Jardín Botánico o en el parque Lage con su histórica mansión. El bohemio barrio de Santa Teresa, con sus talleres de artistas y la famosa escalera Selarón, decorada con azulejos de todo el mundo, revela el lado creativo de la ciudad. Además, las excursiones organizadas a comunidades como Rocinha muestran proyectos sociales que están transformando la vida de las personas.
Si Río es una postal, São Paulo es el motor incansable de la nación, su centro de negocios y cultura. Aquí la vida sigue el frenético ritmo de una metrópoli con más de 20 millones de habitantes. La arteria principal de la ciudad es la Avenida Paulista, donde se concentran las instituciones financieras, tiendas y centros culturales, incluido el Museo de Arte de São Paulo (MASP). Para conocer la historia, merece la pena acercarse al Mercado Municipal, probar el famoso sándwich de mortadela, y visitar la Catedral y el Monasterio de São Bento. El oasis de tranquilidad lo ofrece el Parque Ibirapuera, diseñado por Oscar Niemeyer. El carácter multicultural de la ciudad se refleja en el barrio de Liberdade, un auténtico rincón de Japón en el corazón de Brasil.
Estrategia y nuevas oportunidades
La expansión de la red de rutas coincide con una fecha emblemática: el 75º aniversario del primer vuelo de Iberia a Río de Janeiro. La compañía planea operar nuevos destinos, así como algunos ya existentes, con modernos y más ecológicos aviones Airbus A321XLR. Este paso permitirá aumentar la oferta de plazas en rutas brasileñas en un 27% respecto a 2024. Gracias a estas novedades, explorar este país sudamericano tan diverso y vibrante será mucho más fácil y cómodo.
