
Apenas diez días después de la impactante presentación de las memorias de Isabel Preysler, «Mi verdadera historia», en el hotel Ritz, el hijo mayor del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa concedió una entrevista que ha dado mucho que hablar. Álvaro Vargas Llosa compartió sus reflexiones sobre la última etapa de la vida de su célebre padre, y sus palabras pueden interpretarse como una crítica velada hacia la ex pareja del escritor.
El heredero del marquesado Vargas Llosa presentó una emotiva imagen de los últimos días de su padre. Aunque la conversación con Álvaro, de 58 años, se desarrolló íntegramente en un contexto literario, en la VI Bienal Vargas Llosa en Cáceres, el medio que publicó la entrevista eligió un enfoque digno de revista del corazón. Tal vez sea solo una coincidencia que el hijo de Patricia Llosa, la esposa legítima del escritor, haya decidido hablar precisamente ahora de un posible reencuentro con sus padres. Sin embargo, muchos interpretaron esto como una alusión directa a Isabel Preysler, con quien el autor de «Conversación en La Catedral» compartió varios años en su mansión de Puerta de Hierro. Su vida en común estuvo llena de momentos felices, pero la separación fue todo menos amistosa.
Álvaro contó que los últimos meses de vida de su padre estuvieron dedicados a un viaje por Perú. Juntos visitaron escenarios que inspiraron las obras más importantes del escritor. Fue una peregrinación nostálgica y muy emotiva, en la que su hijo intentó revivir los recuerdos de su padre a través de la geografía de sus novelas y de sus vivencias personales.
Un momento clave de su relato fue cuando afirmó que el reencuentro con su madre fue el acontecimiento más hermoso en la etapa final de la vida del escritor. Álvaro reconoció que su padre ya no era el mismo física ni mentalmente, pero esto no restó valor a los gestos de reconciliación mutua. Para la propia Patricia Llosa, también significó un gran consuelo. Al mismo tiempo, Álvaro no oculta su antipatía hacia la “prensa amarilla”, resaltando que a estos medios les falta mesura y tacto, aunque reconoce que existen algunas excepciones.
Por su parte, Mario Vargas Llosa supo gestionar bastante bien su relación con ese tipo de prensa, manteniendo en general una actitud cordial. Su vida social comenzó mucho antes de su romance con Preysler. Basta recordar el revuelo que causó en su día la noticia de que su hijo Gonzalo salía con Genoveva Casanova y su aparición conjunta en Estocolmo durante la entrega del Premio Nobel. Igualmente legendaria fue su rivalidad con Gabriel García Márquez, aunque esta se mantuvo en los círculos literarios. La entrevista de Álvaro conmueve profundamente, más aún sabiendo que, en la época de la despedida de su padre, él mismo atravesaba una dolorosa ruptura. Su deseo de ayudar a su padre a marcharse con dignidad, acompañándolo en sus últimos pasos, se percibe como un proceso a la vez doloroso y sanador.





