
Miguel Ángel Rodríguez, quien encabeza el gabinete del presidente de Madrid, se vio en aprietos durante la comparecencia ante el Tribunal Supremo. Su testimonio en el proceso contra el fiscal general de España generó numerosas preguntas entre los participantes. Nueve meses atrás, Rodríguez ya había tenido que dar explicaciones por sus comentarios sobre la actuación de la fiscalía, alegando entonces que sus palabras se basaban en su experiencia profesional y no en hechos comprobados.
Esta vez, Rodríguez intentó presentar sus declaraciones previas como deducciones lógicas y no como información verificada. Durante el interrogatorio de los abogados que defienden al fiscal acusado, trató de restar importancia a sus palabras, pero le recordaron los mensajes que había enviado a periodistas. En ellos, aseguraba que la iniciativa del acuerdo partió de la fiscalía y que el rechazo a la misma se debió a instrucciones de la dirección.
Rodríguez admitió haber transmitido información sesgada, justificándose con su experiencia y conocimiento de la estructura de la fiscalía. También confirmó que puso en contacto al implicado del caso con un periodista de un importante medio, aunque no pudo precisar si fue antes o después de la publicación polémica. Al inicio de la audiencia negó haber contactado con periodistas de uno de los medios digitales, pero luego reconoció que podría haberlos confundido con empleados de otra redacción.
Durante su declaración, Rodríguez adoptó una postura bastante agresiva, enviando mensajes contundentes a la prensa y lanzando acusaciones contra la fiscalía en redes sociales. Explicó que el tono en internet es distinto al oficial y defendió que su función es proteger la reputación del líder regional ante cualquier amenaza.
Según Rodríguez, el principal implicado en el caso no cometió ningún delito, sino que solo intentó llegar a un acuerdo con Hacienda, aunque este paso se dio después de que las autoridades fiscales ya consideraran que la cantidad adeudada era suficiente para iniciar un proceso penal. A pesar de la presión, Rodríguez mantuvo su postura y siguió criticando tanto a la fiscalía como a los periodistas que cubren el caso.






