
En España ha estallado un sonado escándalo en torno a un empresario cuyo nombre se ha hecho habitual en las noticias sobre criptomonedas. Álvaro Romillo Castillo, conocido en internet como Cryptospain o Luis Crypto, se encuentra en el centro de una investigación relacionada con una estafa que supera los 260 millones de euros. El juez de la Audiencia Nacional ha decretado su ingreso en prisión preventiva sin posibilidad de fianza, por temor a que el acusado intente huir al extranjero.
La detención se produjo después de que agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), con apoyo de las autoridades fiscales, rastrearan transferencias sospechosas a cuentas extranjeras por un valor total de 29 millones de euros. Los investigadores descubrieron que Romillo transfería activos fuera del país a través de una compleja red de empresas y cuentas bancarias repartidas por el mundo, desde Portugal y Reino Unido hasta Singapur y República Dominicana.
En el centro de la investigación se encuentra la actividad del club de inversión Madeira Invest Club (MIC), que según los reguladores españoles operaba como una clásica estafa piramidal. La organización captaba capital prometiendo rentabilidades muy altas —al menos un 20% anual— supuestamente gracias a inversiones en arte digital, oro, yates, coches y otros artículos de lujo. Sin embargo, los investigadores sospechan que la mayor parte de este dinero acababa en las cuentas de Romillo y su entorno.
Durante el interrogatorio, el empresario intentó convencer al tribunal de que planeaba devolver el dinero a todos los inversores y que ya había pagado parte de las deudas en efectivo, pero no pudo presentar documentos que lo acreditaran. Sus explicaciones sobre su lujoso estilo de vida —como el alquiler de una villa en Madrid por 20.000 euros al mes— generaron serias dudas tanto en el tribunal como en la fiscalía.
Rastro internacional e intentos de ocultar activos
La investigación reveló que, en los últimos meses, Romillo estuvo traspasando activamente sus empresas a personas de confianza para dificultar el embargo de bienes. El juez también remitió documentación sobre la posible ocultación de activos a otros tribunales de Madrid. Entre los países donde se detectaron movimientos financieros figuran no solo Estados europeos, sino también jurisdicciones exóticas, lo que complica el trabajo de los investigadores.
El propio acusado admitió no tener formación especializada en finanzas y haber gestionado negocios en el extranjero para evadir impuestos en España. Según la investigación, utilizó su popularidad en redes sociales para atraer nuevos inversores y luego fue retirando lentamente los fondos, dejando a miles de personas sin su dinero invertido.
Financiación de proyectos políticos y nuevas incógnitas
Llamó especialmente la atención el hecho de que Romillo admitiera haber financiado la campaña electoral del líder del movimiento Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis Pérez, conocido como Alvise. Este aspecto añadió un tinte político al caso y desató un intenso debate en la sociedad española. Actualmente, la investigación sigue en curso y Romillo permanece en prisión a la espera de nuevas decisiones judiciales.






