
Ya ha pasado un año y medio desde que en Barbate (Barbate) perdieron trágicamente la vida dos agentes de la Guardia Civil. Su patrullera fue atacada por narcotraficantes, y esta historia sigue causando inquietud tanto entre las familias de las víctimas como entre los políticos europeos. En mayo de 2025, una delegación del Parlamento Europeo visitó Andalucía para conocer de primera mano los detalles del suceso y evaluar el nivel de protección de las fuerzas de seguridad españolas en la primera línea de lucha contra el narcotráfico.
En un informe preliminar realizado tras este viaje, los diputados europeos no ocultan su decepción: consideran que los recursos y el apoyo destinados a la policía española son insuficientes. El documento subraya que la situación en la zona de Gibraltar (Gibraltar) es cada vez más peligrosa y que las bandas criminales actúan con mayor audacia y agresividad. Los eurodiputados exigen a Madrid no solo un aumento de la financiación, sino también la aplicación de nuevas tecnologías que permitan a los agentes desempeñar su labor sin un riesgo constante para sus vidas.
Se presta especial atención al hecho de que la profesión policial en España aún no está reconocida como especialmente peligrosa a nivel de la Unión Europea. Políticos europeos proponen cambiar este estatus y endurecer las penas por agresiones a las fuerzas del orden, equiparando estos delitos con infracciones graves de ámbito europeo. Estas iniciativas llevan tiempo debatiéndose en círculos profesionales, pero tras la tragedia de Barbate la cuestión ha cobrado una relevancia especial.
Durante la visita de la delegación se descubrió que las autoridades intentaron ocultar pruebas: la embarcación en la que perdieron la vida David Pérez y Miguel Ángel González fue retirada de la base de Algeciras poco antes de la llegada de los funcionarios europeos. Este hecho generó aún más malestar entre los familiares de los fallecidos y sus compañeros, quienes ya habían denunciado en varias ocasiones la falta de recursos y la ausencia de cambios reales. En una carta enviada al Parlamento Europeo, la familia de una de las víctimas señalaba directamente la inacción de las autoridades y el riesgo constante al que se enfrentan los agentes en servicio.
En conclusión, la misión europea insiste en que España debe revisar urgentemente su enfoque para garantizar la seguridad de sus fuerzas del orden. Sin inversiones significativas en equipamiento, formación y refuerzo de personal, la lucha contra el narcotráfico está condenada a seguir siendo desigual. Ahora la responsabilidad recae en Madrid, aunque Europa ya ha dejado claro que no está dispuesta a tolerar más retrasos.




