
El Ministerio de Sanidad de España ha solicitado oficialmente a las autonomías gobernadas por el Partido Popular (PP) que faciliten datos estadísticos sobre los programas de detección precoz de cáncer de mama, de cuello de útero y colorrectal. El ministerio ha dado un plazo de un mes para responder a esta petición, advirtiendo con acciones judiciales si no se entregan los datos en el tiempo previsto.
La firmeza del gobierno se debe a un reciente incidente en Andalucía, donde más de dos mil mujeres no recibieron los resultados de pruebas médicas sospechosas. Este caso ha puesto en primer plano la necesidad de transparencia y control en los programas de cribado. El ministerio insiste en que esta información es esencial para evaluar la eficacia de los programas nacionales y garantizar estándares iguales en todo el país.
Sin embargo, las regiones gobernadas por el PP se niegan a compartir estos datos. Cada una esgrime sus propios argumentos: en la Comunidad Valenciana afirman que no existe obligación legal de remitir esta información, en La Rioja señalan la falta de una plataforma técnica y en Madrid temen que los datos se utilicen en su contra. Ante esta resistencia, el Ministerio de Sanidad recuerda que las leyes que regulan el sistema de salud obligan a facilitar la información a nivel nacional.
Fundamentos legales y pulso político
El Ministerio se basa en varias leyes que le otorgan la facultad de requerir información para la coordinación y el control en el ámbito de la salud pública. Ya aplicó un enfoque similar con las regiones que no crearon un registro de personas que rechazaron la vacunación, y ahora emplea los mismos mecanismos legales para obtener datos sobre los cribados.
En una carta enviada a las comunidades, el Ministerio de Sanidad solicita que se faciliten al menos aquellos indicadores que ya estén disponibles, aunque aún no se haya recopilado toda la información. El Ministerio recuerda el protocolo conjunto para la recogida de datos, que fue consensuado con todas las comunidades autónomas en primavera. Sin embargo, representantes del PP alegan que ese protocolo aún no se ha implementado, por lo que no es posible garantizar la homogeneidad y la integridad de las cifras.
Escalada del conflicto y acusaciones contra las comunidades autónomas
La situación se tensó después de que representantes de las consejerías de salud autonómicas del PP abandonaran la reunión del Consejo del Sistema Nacional de Salud en Zaragoza, en señal de protesta por la presión ejercida desde el Gobierno central. Consideran que el Ministerio actúa de manera unilateral e ignora las propuestas de las autonomías, convirtiendo el diálogo en una herramienta de presión política.
Por su parte, la ministra de Sanidad acusó a las regiones de falta de transparencia y de intentar ocultar los problemas relacionados con la organización del cribado. A su juicio, este tipo de comportamientos mina la confianza ciudadana en el sistema sanitario y puede tener graves consecuencias para los pacientes.
Lo que está en juego
En el centro de la disputa no sólo está el acceso a las estadísticas, sino también el principio de igualdad en la prestación de la asistencia sanitaria. El Ministerio sostiene que los datos del cribado no pertenecen a los funcionarios, sino a los ciudadanos del país, y que deben ser accesibles para su análisis y para la toma de decisiones. Por su parte, las regiones temen que la publicación de esta información pueda ser utilizada para ataques políticos y para desacreditar su gestión.
Por ahora, las partes no han llegado a un acuerdo y el plazo para la entrega de datos ya está en marcha. Si no se encuentra un compromiso, el conflicto podría llegar a los tribunales, afectando no sólo a los funcionarios, sino también a miles de pacientes en toda España.





