La diócesis de Cádiz y Ceuta ha anunciado el cese temporal de las funciones del obispo Rafael Zornoza. Dos motivos han precipitado esta decisión: la necesidad de someterse a un tratamiento intensivo contra una agresiva forma de cáncer y el deseo de facilitar el esclarecimiento de los hechos relacionados con una investigación impulsada por el Vaticano.
La investigación se refiere a hechos ocurridos en la década de 1990, cuando Zornoza era rector del seminario en Getafe. Según la denuncia, la víctima fue acosada sexualmente por el futuro obispo desde su adolescencia hasta alcanzar la mayoría de edad. En la queja se detallan episodios sucedidos tanto en el seminario como durante viajes y campamentos organizados. Además, la persona afectada sostiene que fue sometida a intentos de ‘corrección’ de su orientación sexual mediante prácticas religiosas.
El propio Zornoza rechaza rotundamente todas las acusaciones, calificándolas no solo de infundadas, sino también de extremadamente perjudiciales para su reputación. Desde la diócesis subrayan que no emitirán declaraciones públicas sobre el fondo del caso hasta que el tribunal eclesiástico dicte una resolución. También por primera vez se ha hecho público el grave estado de salud del obispo, algo que no se había comunicado previamente.
Detalles de la investigación y postura de la Iglesia
La denuncia llegó al Vaticano en el verano del año pasado. En ella se detallan situaciones en las que el joven, entonces seminarista, fue sometido a presiones psicológicas y físicas. Se hace especial hincapié en que los abusos ocurrieron en un ambiente de confianza y confesión, lo que, según el denunciante, agravó el trauma. Diez años después de los hechos relatados, la víctima intentó contactar con Sornosa por correo electrónico, pero no recibió respuesta. Sólo años más tarde lograron encontrarse en persona, y según el denunciante, el obispo admitió haber realizado manipulaciones, aunque negó cualquier mala intención.
Actualmente, el caso está siendo analizado por el tribunal eclesiástico de la Nunciatura Apostólica en España. Representantes de la diócesis aseguran su total disposición a colaborar con la justicia eclesiástica y subrayan la importancia de la presunción de inocencia. Al mismo tiempo, en círculos eclesiásticos se destaca que este tipo de acusaciones siempre generan un amplio revuelo social y exigen la máxima transparencia.
Reacción social y próximos pasos
El escándalo en torno al obispo de Cádiz provocó una fuerte reacción tanto entre los fieles como en la sociedad laica. Muchos exigen una investigación exhaustiva e imparcial para esclarecer la verdad y evitar que situaciones similares se repitan. En la propia diócesis esperan que el proceso se desarrolle de la forma más correcta posible y que la decisión judicial ayude a restablecer la confianza en las instituciones eclesiásticas.
Por ahora, Rafael Sornosa está centrado en su recuperación y a la espera de los resultados de la investigación. Su suspensión temporal fue una medida necesaria para no interferir en el curso de la indagación ni ejercer presión adicional sobre los participantes del proceso. Se espera que en los próximos meses el tribunal eclesiástico emita una resolución preliminar sobre este caso.
