
En la provincia de Girona se dictó por primera vez una condena a prisión permanente revisable. El tribunal declaró culpable a Alberto Pinto Pérez, vecino de Campdevànol, por delitos gravísimos cometidos contra su joven pareja. La tragedia ocurrió en otoño de 2022, cuando el hombre llevó a cabo una serie de actos brutales que provocaron la muerte de la joven.
El juicio se celebró con la participación de un jurado popular, que declaró por unanimidad al acusado culpable de todos los cargos. Además del asesinato, se le imputaron agresión sexual y maltrato continuado. El tribunal no encontró motivos para reducir la pena, a pesar de que la defensa intentó alegar trastornos mentales y adicciones a sustancias prohibidas.
Durante el proceso se supo que, a lo largo de varios días de septiembre de 2022, el hombre sometió a su pareja, de 21 años, a torturas crueles. La investigación determinó que sus acciones buscaban demostrar poder y control absoluto sobre la víctima. Los peritajes no detectaron signos de psicosis ni trastornos graves en el condenado, y los análisis descartaron el consumo de drogas o alcohol en el momento del crimen.
El tribunal impuso a Alberto Pinto Pérez la pena máxima: cadena perpetua revisable, además de 17 años adicionales de prisión por agresión sexual y maltrato continuado. Asimismo, se le prohíbe acercarse a los familiares de la víctima a menos de 500 metros durante cinco años tras su liberación, así como portar armas. Al cumplir la condena principal, deberá permanecer bajo vigilancia otros diez años.
Indemnizaciones a la familia y repercusiones de la sentencia
El tribunal ordenó indemnizar a los padres de la fallecida con 200.000 euros cada uno, la misma cantidad a su hermana y 20.000 euros a una tía. Esta decisión ha marcado un precedente importante en la región, ya que anteriormente no se aplicaron sanciones tan severas. La sentencia ha generado un notable impacto social y se ha convertido en tema de debate en círculos jurídicos de Cataluña.
El caso de Alberto Pinto Pérez es el primero en Girona en el que se impone cadena perpetua revisable. Esta medida refleja un endurecimiento en el tratamiento de los delitos de violencia de género y carácter sexual, y demuestra la firmeza del sistema judicial en la defensa de las víctimas y sus familias.






