
En Madrid, las autoridades judiciales han ratificado los cargos contra Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la autonomía. Ahora se enfrenta a un proceso judicial formal por presunta evasión fiscal y uso de documentos falsos. Los jueces han rechazado todas las peticiones de la defensa para realizar diligencias adicionales, lo que allana el camino para que la causa sea juzgada en el fondo.
En septiembre del año pasado, la jueza ya presentó cargos por varios delitos, incluyendo no solo delitos fiscales y falsificación, sino también pertenencia a organización criminal y contabilidad ficticia. Estos últimos fueron incorporados a petición de los partidos de la oposición, aunque la Fiscalía y la Abogacía del Estado insistieron únicamente en los dos principales. En consecuencia, el acusado se enfrenta a hasta cinco años de prisión, mientras que la Fiscalía solicita casi cuatro años de cárcel y una multa considerable.
Detalles de la investigación y nuevos hechos
La investigación comenzó en la primavera de 2022 tras una inspección de la Agencia Tributaria. Según los investigadores, el acusado logró evadir más de 350.000 euros en impuestos mediante facturas falsas. Poco después, el caso adquirió un tinte político cuando la información sobre la investigación se filtró a la prensa y la presidenta regional denunció una caza política.
Entre los implicados figuran otros cuatro presuntos cómplices, incluyendo un ciudadano mexicano y tres residentes de Sevilla. El propio González Amador es dueño de dos empresas dedicadas a la consultoría en el ámbito sanitario. Su nombre saltó a la fama después de que la fiscalía lo acusara de fraude por una suma considerable.
La segunda línea de acusación y los intentos de defensa
De forma paralela al caso principal, se desarrolla otra investigación que esta vez apunta a un posible caso de corrupción y al pago de una suma elevada a un alto directivo de una empresa médica privada. La investigación sostiene que el acusado pudo haber utilizado una transacción ficticia para entregar un soborno mediante la compra de una compañía sin valor real. Por su parte, la defensa alega que la operación formaba parte de un proyecto empresarial, aunque después de la compra no se realizaron acciones concretas para desarrollar esa línea de negocio.
Durante el proceso, los abogados del empresario intentaron que se admitieran varias pruebas, como testimonios de testigos e informes periciales, pero el tribunal lo rechazó al considerar que era una maniobra para dilatar el juicio. Anteriormente, la defensa incluso barajó la posibilidad de llegar a un acuerdo con la acusación, pero tras la intervención de la oposición, las negociaciones se suspendieron.
Posibles consecuencias y próximos pasos
Ahora que se ha rechazado la apelación, el acusado deberá comparecer ante el tribunal. Si es declarado culpable de ambos cargos, las posibilidades de evitar la cárcel son prácticamente nulas, incluso a pesar de no tener antecedentes penales. Según la ley, estos delitos conllevan penas reales: de uno a cinco años de prisión por fraude fiscal y hasta tres años por falsificación de documentos.
La segunda parte de la investigación aún no ha concluido, pero si se confirman los cargos, el implicado podría recibir una condena adicional por corrupción y malversación de fondos. Los tribunales ya han recibido los informes de las partes, y ahora el caso avanza hacia su fase final. Pronto se sabrá si el acusado podrá eludir el castigo o si le espera una pena de prisión real.






