
En Washington ha vuelto a encenderse el debate sobre la participación de España en los gastos militares de la OTAN. Donald Trump, aún en la Casa Blanca, dio a entender que la paciencia de Estados Unidos se está agotando: Madrid no se apresura a aumentar su presupuesto de defensa al 5% del PIB, como exigen los nuevos estándares de la alianza. El presidente estadounidense no oculta su irritación y sugiere posibles sanciones económicas contra productos españoles.
Durante una reunión con el presidente de Argentina, Javier Milei, Trump no repitió la amenaza de expulsar a España de la OTAN, pero dejó claro que considera egoísta e injusta la posición de Madrid en relación con los demás aliados. Según él, España sigue siendo el único país que no ha accedido a incrementar sus gastos militares, pese a que los demás miembros de la alianza ya han asumido los nuevos compromisos. Trump recalcó que Madrid se beneficia de la protección de la OTAN sin aportar una contribución equivalente, lo que le causa un gran descontento.
El líder estadounidense señaló que la ubicación geográfica de España le garantiza una protección automática, incluso si alguno de los aliados no lo desea. Según Trump, esta situación resulta absurda e injusta para los demás miembros de la alianza. Considera que las acciones de Madrid socavan la unidad de la OTAN y demuestran una falta de respeto por la seguridad colectiva.
El deterioro de las relaciones entre los países coincidió con el endurecimiento de la postura del gobierno español respecto a la entrega de armas a Israel, algo que tampoco pasó desapercibido en Washington. En medio de estas discrepancias, Trump volvió a plantear la necesidad de presionar a Madrid para que reconsidere sus prioridades en política de defensa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su parte, afirmó que no piensa ceder y considera que su postura sobre el gasto militar está justificada, apelando a los logros económicos y a su compromiso con la política social.
A pesar de los intentos de las autoridades españolas de presentar el diálogo con Estados Unidos como constructivo, Trump sigue insistiendo en la imposición de restricciones comerciales. No es la primera vez que utiliza la amenaza de aranceles como instrumento de presión, y ahora vuelve a retomar esta idea. La Comisión Europea ya había alcanzado acuerdos con EE.UU. en materia comercial, sin embargo, el presidente estadounidense podría revisar estos acuerdos si decide castigar a Madrid por no cumplir con los nuevos estándares de la OTAN. En el pasado, medidas similares afectaron a ciertos sectores de la economía española, y ahora la situación podría repetirse.





