
En España está ganando popularidad la neurofitness (Neurofitness), un sistema de entrenamiento para mantener la salud cognitiva. Una de las principales expertas en la materia, Catalina Hoffmann, comparte cada semana nuevas metodologías y propone reflexionar sobre aspectos no evidentes del funcionamiento de nuestro cerebro. En esta ocasión, la especialista abordó un tema que muchos consideran superficial: la capacidad de disfrutar.
Según Hoffmann, la habilidad de disfrutar sinceramente el momento influye directamente en la memoria, la gestión emocional y las relaciones sociales. No se trata de una actividad frívola, sino de una parte importante del desarrollo personal y una garantía para la salud cerebral. La experta invita a todos a hacerse una pregunta simple pero profunda: «¿Cuándo fue la última vez que experimentaste un verdadero placer?». No se trata del número de viajes o reuniones con amigos, sino de ese momento en el que sentiste un auténtico entusiasmo, quizás incluso estando completamente solo.
El objetivo de este ejercicio es identificar qué es lo que realmente proporciona alegría a cada persona. No existe una receta universal: para algunos puede ser leer un libro en silencio, para otros un paseo por la playa, escuchar música o disfrutar de una cena tranquila. Esta personalización, según la experta, es la base de los entrenamientos neurocognitivos. Ayuda a crear referencias internas que fortalecen el vínculo entre el cerebro y el estado emocional.
Hoffmann señala que uno de los errores más comunes de las personas hoy en día son las vacaciones agotadoras. A menudo, después de un descanso, regresamos más cansados que antes. La razón está en la agenda sobrecargada: la gran cantidad de actividades, compromisos y desplazamientos no deja tiempo para detenerse y escuchar nuestras propias necesidades. Como resultado, el cerebro no recibe el reinicio reparador que necesita. Esto está en plena consonancia con uno de los principios clave del neurofitness: lo importante no es la cantidad de acciones, sino su calidad y la capacidad de vivir el momento presente.
Como tarea práctica para esta semana, la experta propuso un ejercicio para entrenar la memoria espacial. Esta función cognitiva es esencial en la vida cotidiana: nos ayuda a orientarnos en la ciudad, recordar dónde dejamos las llaves o trazar mentalmente una ruta. El ejercicio tiene varios niveles de dificultad, lo que permite adaptarlo a personas con diferentes niveles de preparación. Entrenamientos regulares como este, según Hoffmann, ayudan a mantener el cerebro en forma y deben realizarse con una sonrisa.





