
La noticia que la reconocida artista española Antonia San Juan compartió en sus redes sociales causó un gran impacto entre sus seguidores. Hizo público su diagnóstico oncológico, rompiendo el silencio sobre los problemas de salud que la habían preocupado durante más de un año. Es un gesto valiente que no solo revela su lucha personal, sino que también llama la atención sobre una seria cuestión médica.
El proceso hasta obtener el diagnóstico no fue sencillo. Todo comenzó con molestias en la garganta que durante mucho tiempo se atribuyeron a una faringitis crónica. Por este motivo, la artista incluso tuvo que cancelar actuaciones. La visita decisiva fue la del médico de familia, que sospechó que algo no iba bien en las cuerdas vocales. Las consultas posteriores con un otorrinolaringólogo, la tomografía computarizada y otros estudios confirmaron los peores temores. La biopsia ofreció la respuesta definitiva: se trataba de una neoplasia maligna. La propia Antonia, a pesar del impacto, muestra una sorprendente entereza y confianza en la ciencia moderna, preparándose para seguir todas las indicaciones médicas.
Para entender la naturaleza de estas enfermedades, consultamos a una experta. Pilar López Criado, jefa del servicio de oncología médica en la clínica Blua Sanitas Valdebebas de Madrid, aclaró que los tumores de cabeza y cuello, especialmente los que afectan las cuerdas vocales, están relacionados en su mayoría directamente con el tabaquismo. Sin embargo, la medicina identifica otros factores de riesgo. Por ejemplo, en el caso de las neoplasias de la cavidad oral o la orofaringe, el virus del papiloma humano (VPH) adquiere cada vez mayor relevancia. Estas situaciones pueden presentarse en pacientes más jóvenes y no fumadores.
Geográficamente, estos tumores afectan el área desde la base del cráneo hasta las clavículas. El cáncer de laringe es el más conocido y visible. El tabaco continúa siendo el principal factor desencadenante en la gran mayoría de los casos dentro de este grupo de enfermedades. Las estadísticas preocupantes muestran un aumento de incidencia entre mujeres, lo que los especialistas atribuyen al crecimiento del tabaquismo en este grupo, aunque los hombres siguen encabezando esta triste estadística.
¿Cómo detectar a tiempo la amenaza? En las primeras etapas, la enfermedad se manifiesta por disfonía: cambios persistentes en la voz o ronquera que no desaparecen con el tiempo. En fases más avanzadas, pueden aparecer endurecimientos o bultos en el cuello, así como una sensación continua de irritación. Es importante tener en cuenta que no todos los nódulos son malignos, pero cualquiera de estas señales requiere una consulta inmediata con un especialista y, si es necesario, la realización de una biopsia para un diagnóstico preciso.
La elección de la táctica de tratamiento depende de la etapa y el tamaño del tumor. Las neoplasias pequeñas pueden extirparse mediante cirugía mínimamente invasiva, preservando la función del órgano. En casos avanzados puede ser necesaria una laringectomía, es decir, la extirpación total de la laringe. Las consecuencias de la terapia pueden incluir una ronquera permanente y, en caso de una cirugía radical, la pérdida de la capacidad de hablar con la laringe. En estas situaciones, la rehabilitación y el trabajo con logopedas son fundamentales para ayudar al paciente a adaptarse a su nueva vida.
El caso de la conocida actriz sirve como un recordatorio importante. Los especialistas instan a no descuidar la prevención y a buscar atención médica ante los primeros síntomas sospechosos para evitar consecuencias graves.





