
Mark Hyman, una figura reconocida mundialmente en la medicina funcional y especialista en longevidad, sostiene que nuestra genética no es una sentencia. Según él, lo que comemos, cómo nos movemos y cómo gestionamos el estrés influye directamente en nuestra energía, vitalidad y capacidad de autorregeneración del organismo. Propone un programa que, en solo diez días, puede transformar por completo el bienestar y devolver la vitalidad perdida mediante cinco sencillos ajustes en el estilo de vida. Hyman, médico estadounidense y director del Centro de Medicina Funcional de la Cleveland Clinic, además de autor de varios bestsellers, ha asesorado a celebridades como Bill Clinton y Gwyneth Paltrow. Recientemente presentó su programa en España, durante un exclusivo retiro en el club de bienestar RoseBar, ubicado en el hotel Six Senses Ibiza.
La base de su filosofía es la firme convicción de que el estilo de vida es el principal interruptor de nuestros genes. Son nuestras decisiones diarias las que ‘activan’ o ‘desactivan’ ciertas predisposiciones genéticas. Para iniciar el proceso de recuperación de la salud, Hyman recomienda cinco pasos clave. Primero, limitar el consumo de azúcar, alcohol y cualquier alimento procesado. En segundo lugar, comenzar cada día con un desayuno rico en proteína de calidad. El tercer principio es una hidratación adecuada: se debe beber diariamente una cantidad de agua equivalente a la mitad de su peso corporal en onzas (cálculo sencillo: peso en kg dividido entre 30 = litros por día). La cuarta regla es la actividad física diaria, aunque sea solo caminar. Por último, la quinta es establecer un régimen de sueño saludable.
Según la doctora, el proceso de transformación se desarrolla en varias etapas. Durante los primeros tres días, el metabolismo se reinicia: el nivel de azúcar en sangre se estabiliza, desaparece el antojo por la comida poco saludable y el organismo pasa de la dependencia del azúcar a la flexibilidad metabólica. Del cuarto al séptimo día, comienza una recuperación activa a nivel celular. Una ingesta adecuada de agua ayuda a eliminar toxinas, mientras que la actividad física estimula la circulación sanguínea e inicia procesos de curación. En la etapa final, del octavo al décimo día, todos los sistemas del cuerpo se adaptan al nuevo modo de funcionamiento. Se fortalece la salud intestinal, disminuye la inflamación, el equilibrio hormonal se restablece y la energía vuelve de forma natural.
Este programa de diez días, conocido como «10-Day Detox», es un enfoque integral basado en alimentos naturales. Su objetivo no es solo reducir el antojo por lo dulce, sino también restaurar la energía y mejorar la salud metabólica. La alimentación se basa en verduras sin almidón, fuentes de proteínas de alta calidad y grasas saludables. Se eliminan completamente el azúcar añadido, los edulcorantes artificiales, el gluten, los lácteos, los cereales, las legumbres, el alcohol, la cafeína y los aceites industriales. Un aspecto importante del programa es el énfasis en consumir comida real y nutritiva hasta sentir saciedad, sin contar calorías. Además, se pueden utilizar suplementos especialmente desarrollados para apoyar los sistemas naturales de desintoxicación del organismo. Este enfoque está dirigido no solo a la mejora física, sino también a fomentar una relación más consciente con la alimentación y el bienestar general.
Es importante entender que estos programas no son una «desintoxicación» en el sentido literal de la palabra. Su verdadera finalidad es crear las condiciones óptimas en el organismo para que sus propios sistemas de limpieza y autorregulación funcionen de manera más eficiente. Como señala el doctor Hyman, cuando eliminas lo dañino y añades lo beneficioso, tu cuerpo recuerda por sí solo cómo estar sano y prosperar.





