
La deficiencia de vitamina D se ha convertido en un problema común incluso en la soleada España, y sus síntomas suelen desarrollarse de forma gradual, por lo que a menudo se confunden con un simple cansancio. Este componente, que en realidad actúa en el cuerpo como una hormona, es fundamental para mantener la salud ósea, la inmunidad y el equilibrio emocional. Detectar a tiempo la carencia es el primer paso para mejorar el bienestar general.
Los especialistas en salud señalan varios signos clave que pueden indicar falta de la “vitamina del sol”. Entre ellos destacan la sensación constante de fatiga y debilidad, que no desaparece ni siquiera después del descanso, así como dolores musculares y óseos. Si observa que se resfría o padece infecciones con mayor frecuencia, esto también puede ser una señal, ya que la vitamina D tiene un papel importante en la regulación del sistema inmunológico.
Otros síntomas frecuentes incluyen la caída excesiva del cabello y los cambios notorios en el estado de ánimo. El ánimo bajo, la irritabilidad o la sensación de tristeza sin motivos evidentes pueden estar relacionados con el hecho de que la vitamina D es necesaria para la síntesis de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Además, la deficiencia de esta vitamina se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes.
Las consecuencias a largo plazo de un nivel bajo de vitamina D pueden ser bastante graves. Incluyen debilitamiento del tejido óseo, lo que aumenta el riesgo de fracturas, debilidad muscular y dolores crónicos en las articulaciones. También se incrementa la predisposición a trastornos metabólicos, como la diabetes y la hipertensión, ciertos tipos de cáncer y trastornos cognitivos.
Para corregir la deficiencia se recomienda un enfoque integral. Este incluye una exposición moderada pero regular al sol, enriquecer la dieta con alimentos ricos en vitamina D (por ejemplo, pescado graso, yemas de huevo, productos lácteos enriquecidos) y, si es necesario, la toma de suplementos. Es importante destacar que la prescripción y la dosificación de los suplementos deben realizarse únicamente bajo supervisión médica y después de un análisis de sangre, ya que solo así se puede establecer un diagnóstico preciso.
Aunque esto ocurre raramente, el exceso de vitamina D también es perjudicial para la salud. Una condición conocida como hipervitaminosis D puede llevar a una acumulación excesiva de calcio en la sangre (hipercalcemia) y provocar efectos secundarios. Por esta razón, la automedicación y el consumo sin control de dosis altas de la vitamina son inaceptables y requieren supervisión médica profesional.





