Una nueva investigación científica, cuyos resultados fueron publicados en 2025, cambia radicalmente la visión sobre la escala y complejidad de la civilización maya. Según los datos más recientes, durante su apogeo, conocido como el período Clásico Tardío (600–900 d.C.), la población maya pudo haber alcanzado los 16 millones de personas. Esta cifra supera en un 45% las estimaciones más optimistas realizadas hasta ahora y demuestra un nivel de desarrollo mucho más alto en esta antigua sociedad.
Estas conclusiones fueron alcanzadas por un grupo de científicos liderado por el arqueólogo Francisco Estrada-Belli de la Tulane University. La clave del descubrimiento fue la tecnología de escaneo láser LiDAR, que permitió literalmente ‘ver’ bajo la densa cubierta de los bosques tropicales. Los investigadores combinaron datos de LiDAR recogidos de diversas fuentes con información ecológica de la NASA, creando un mapa detallado de un territorio de 95 mil kilómetros cuadrados. Esta área abarca partes de la actual Guatemala, el sur de México y el oeste de Belice.
El análisis de las imágenes obtenidas mostró no solo una alta densidad de población, sino también un modelo de asentamiento unificado y bien planificado. Contrariamente a teorías anteriores sobre el aislamiento de las comunidades rurales, se descubrió que estas se ubicaban en las proximidades inmediatas de los grandes centros ceremoniales y administrativos controlados por la élite. Esto indica que todos los habitantes tenían acceso a prácticas religiosas, económicas y políticas comunes, conformando un espacio social integrado.
Las zonas bajas mayas del norte resultaron ser especialmente densamente pobladas y urbanizadas. El mapeo reveló una extensa red de tierras agrícolas, incluyendo terrazas y canales de riego, capaces de alimentar a millones de personas. Esto contradice la idea de que los mayas eran una civilización que luchaba constantemente por sobrevivir en las duras condiciones de la selva.
De este modo, la investigación presenta a la civilización maya no como un conjunto de ciudades-estado aisladas, sino como una sociedad altamente estructurada. Los mayas poseían conocimientos avanzados para su época en técnicas agrícolas y gestión social, lo que les permitió crear una compleja red de asentamientos interconectados en un vasto territorio y administrar eficazmente sus recursos. Este hallazgo obliga a reconsiderar los logros y el legado de una de las civilizaciones antiguas más enigmáticas.






