
En el mercado inmobiliario español de 2025 está ganando popularidad una estrategia que promete ganancias rápidas y fáciles: el llamado «house flipping». Esta práctica, importada de ultramar, parece a simple vista sencilla y brillante: comprar un inmueble en mal estado, realizar una reforma superficial rápidamente y revenderlo con una significativa plusvalía. Este enfoque atrae a un número creciente de inversores particulares que sueñan con convertir pequeñas inversiones en un capital considerable en poco tiempo. Las historias de éxito, donde el valor de un piso se duplica en un año, circulan en las redes sociales, creando la ilusión de un enriquecimiento sin riesgos y alimentando la fiebre del mercado.
Sin embargo, no todos comparten este optimismo. El conocido economista Gonzalo Bernardos ha criticado duramente este fenómeno y ha instado a los inversores a ser cautelosos. Según él, detrás del moderno término anglosajón se esconde la especulación de siempre, conocida en España desde hace décadas simplemente como «compra, reforma y vende». El experto sostiene que el nombre extranjero solo da a esta aventura un aire de modernidad y fiabilidad, ocultando los elevados riesgos. Subraya que el éxito actual de los «flippers» es un fenómeno temporal, totalmente dependiente de una coyuntura de mercado favorable.
La principal amenaza, según señala Bernardos, reside en la base misma de este modelo de negocio. Solo puede generar ingresos en un mercado en constante crecimiento. El economista lo afirma claramente: en cuanto la tendencia de los precios cambie, y tarde o temprano ocurrirá, todo el sistema se vendrá abajo. Aquellos que hoy se consideran inversores exitosos se encontrarán en una situación muy desfavorable. Se quedarán con activos sobrevalorados, cargando con los gastos de reformas, y se verán obligados a vender las viviendas perdiendo dinero para recuperar al menos parte de la inversión. Según él, muchos simplemente “se quedarán con las manos vacías”.
Bernardos también desveló las tres «reglas de oro» que sustentan el flipping exitoso, exponiendo al mismo tiempo su fragilidad. En primer lugar, es necesario comprar la propiedad muy por debajo de su valor de mercado, algo que es cada vez más difícil en un contexto de alta demanda. En segundo lugar, la reforma debe ser lo más económica posible, pero dar una apariencia de coste elevado y calidad. Y en tercer lugar, lo más importante: el mercado debe crecer de manera ininterrumpida. La coincidencia de todos estos factores, en opinión del analista, se parece más a la suerte que a una estrategia realmente calculada. Se muestra escéptico respecto a las historias de pisos que subieron de 230 a 420 mil euros, recordando que el precio de venta anunciado y la cantidad real de la transacción son cosas muy diferentes. El experto afirma conocer personalmente muchos casos en los que este tipo de aventuras acabaron en un fracaso financiero total para los inversores desafortunados.






