
En pleno verano, las temperaturas en Andalucía suelen superar los 35 grados, pero los carruajes turísticos tirados por caballos continúan circulando por las calles de Sevilla y Málaga. A la sombra de los naranjos, junto a la catedral de Sevilla, se pueden ver caballos exhaustos por el calor y a sus dueños esperando clientes incluso durante las horas más calurosas.
A diferencia de Sevilla y Málaga, solo en Córdoba, desde 2018, existe una normativa especial: cuando se declara alerta meteorológica amarilla, naranja o roja por calor, se prohíbe la circulación de carruajes entre las 14:00 y las 19:00 horas. En otras ciudades no hay restricciones similares, a pesar de las reiteradas peticiones de protectoras de animales y organizaciones sociales.
Las autoridades de Sevilla aún no han implementado nuevas exigencias para proteger a los animales de las altas temperaturas. Representantes del partido Pacma señalan que la normativa municipal vigente desde 2008 está desfasada y no contempla los estándares actuales de bienestar animal. El documento detalla el uniforme de los cocheros, pero no menciona límites de temperatura ni condiciones laborales para los caballos.
En Málaga, la situación es diferente: el ayuntamiento ha decidido eliminar por completo el uso de carruajes tirados por caballos para 2026. Hasta entonces, no se prevén restricciones temporales para el trabajo de los caballos durante el calor.
Los propios cocheros en Córdoba consideran que las restricciones horarias afectan negativamente a sus ingresos, especialmente en la temporada baja, cuando hay pocos clientes. Esperan que la situación mejore con la llegada del otoño. Sin embargo, representantes de Pacma afirman que incluso las normas actuales se incumplen con frecuencia: se han registrado casos en los que las calesas trabajaban en horarios prohibidos.
El año pasado, las autoridades de Sevilla intentaron acordar con los cocheros una suspensión temporal de la actividad durante las horas de más calor, pero no se logró un compromiso. Los cocheros propusieron descansar a la sombra en el parque María Luisa o cerca de las cuadras, donde la temperatura es notablemente más baja, pero no se tomó una decisión oficial.
La Ley de Protección Animal, aprobada en España en 2023, no se aplica a los caballos empleados en actividades comerciales. La normativa regional de Andalucía tampoco incluye requisitos concretos sobre temperatura o horarios de trabajo, limitándose a principios básicos sobre la prohibición de explotar animales enfermos o demasiado jóvenes.
Pacma insiste en la necesidad de actualizar la normativa municipal. La organización propone implementar no solo restricciones horarias, sino también límites sobre el peso máximo que pueden transportar los caballos, así como garantizar que los animales tengan acceso obligatorio a agua y sombra.
En 2024, Pacma publicó un informe en el que se documentaron casos en los que los caballos trabajaron más de 13 horas seguidas sin el debido descanso y alimentación, con temperaturas superiores a los 40 grados. En Sevilla ya se han registrado muertes de animales por golpes de calor, lo que resalta la gravedad del problema.
Los cocheros y sus representantes aseguran que cuidan de los caballos y que realizan revisiones veterinarias de manera regular. Según ellos, cada cochero debe contar con al menos tres caballos para garantizarles el descanso necesario.
En Mijas (provincia de Málaga), tras incidentes de desmayos entre los burros utilizados para transportar turistas, las autoridades locales impusieron restricciones para trabajar durante olas de calor. Sin embargo, según Pacma, incluso estas medidas no siempre se respetan.
Los defensores de los animales consideran que el futuro pasa por los carruajes eléctricos, y la opinión pública se muestra cada vez más en contra de la explotación animal en condiciones de calor extremo. La protección de los caballos en el sector turístico sigue siendo una asignatura pendiente que requiere nuevas soluciones a nivel municipal.






