
En vísperas del puente de noviembre, los madrileños buscan nuevas rutas para escapadas cortas. Uno de los destinos más destacados es Aranjuez, una ciudad donde el pasado y el presente se entrelazan en un conjunto único. Cada rincón conserva huellas de la época real, y los colores otoñales convierten el paseo por sus jardines en un auténtico placer.
El centro histórico de Aranjuez es famoso por sus lujosos parques, creados a lo largo de los siglos. Fue Felipe II quien ideó transformar este rincón del sur de la región en un ejemplo de arte renacentista. Posteriormente, los Borbones ampliaron el recinto, sumando el inmenso Jardín del Príncipe, donde todavía se pueden encontrar árboles singulares, fuentes antiguas y románticos estanques. Pasear por estas avenidas no tiene límite horario: la entrada es gratuita y el ambiente invita a relajarse sin prisas.
Esta temporada destaca la restaurada Casa del Labrador, un exquisito palacio de estilo neoclásico que vuelve a abrir sus puertas al público tras una larga rehabilitación. Lo que en su día fue una sencilla residencia de campo, bajo Carlos IV se transformó en un refugio elegante con interiores suntuosos. Los visitantes pueden admirar la maestría de los artistas y decoradores del siglo XVIII, y la famosa Sala de Bailes decorada con frescos de Mariano Salvador Maella asombra a todos. Las visitas guiadas se realizan los fines de semana y el precio de la entrada es muy asequible.
Palacios, museos y tradiciones reales
El principal referente arquitectónico de la ciudad sigue siendo el Palacio Real de Aranjuez, cuya construcción comenzó bajo Felipe II y finalizó durante el reinado de Carlos III. En su interior se pueden recorrer salones decorados en estilos que van desde el oriental hasta el clásico, además de exposiciones exclusivas dedicadas a la monarquía española. Destacan especialmente las colecciones de trajes nupciales de la familia real, que reflejan la continuidad de las tradiciones.
Los aficionados a la historia no pueden dejar de visitar el Museo de Falúas Reales, donde se exhiben elegantes embarcaciones utilizadas por los monarcas para pasear por el río Tajo. Este museo está ubicado justo en el Jardín del Príncipe y permanece abierto a todos los visitantes.
Gastronomía y ocio para todos los gustos
Aranjuez es célebre no solo por su arquitectura, sino también por sus tradiciones culinarias. Los restaurantes locales ofrecen platos elaborados con verduras y frutas frescas cultivadas en los campos de la zona. La fresa y el espárrago, protagonistas del menú en los mejores establecimientos de la ciudad, gozan de especial popularidad. Entre ellos destacan Casa José, galardonado con una estrella Michelin, y Carême, con vistas panorámicas al parque. Para quienes prefieren la cocina casera, hay acogedoras cafeterías junto a la entrada de los jardines.
Se puede llegar a Aranjuez tanto en coche como a bordo del famoso Tren de la Fresa, que en otoño ofrece viajes teatralizados y degustaciones de productos locales. Los viajeros más activos pueden disfrutar de paseos en kayak por el río o visitar la bodega Real Cortijo, fundada en tiempos de Carlos III.
Otoño en Aranjuez: disfruta del descanso en un entorno de lujo real
En estos días de noviembre, Aranjuez se convierte en el destino ideal para quienes valoran la armonía con la naturaleza, el rico legado histórico y los descubrimientos gastronómicos. Cada visita es una oportunidad de conectar con la historia y disfrutar de un descanso tranquilo, lejos del bullicio de la ciudad.





