
En Cataluña han resurgido los debates sobre los símbolos de la independencia. Esta vez no se trata de banderas ni de lemas, sino del horario. El presidente del Consell de la República, Jordi Domingo, propuso una iniciativa inesperada: invitó a los catalanes que apoyan la independencia, así como a los pequeños empresarios, a adoptar el horario de Greenwich en lugar del estándar europeo actual vigente en todo el territorio español.
Si esta idea se llevara a cabo, los eventos habituales, como la manifestación anual durante la Diada, se celebrarían una hora antes. Por ejemplo, en lugar de comenzar a las 17:14, como es habitual, la acción comenzaría a las 16:14. Así, Cataluña viviría según un horario diferente al del resto de España, pero no como en Canarias, sino con su propio horario.
Domingo explica que este paso debe formar parte de una estrategia a largo plazo. Según él, la independencia no llega de inmediato y los catalanes deberían comportarse como si ya estuvieran separados. Considera que incluso estos cambios simbólicos pueden tener un fuerte impacto en la sociedad. El debate sobre el cambio de hora, según sus palabras, debería abordarse entre profesionales y empresarios, quienes podrían comenzar a operar con un «horario catalán».
Los partidarios de la independencia sostienen desde hace tiempo que el actual huso horario de España es un legado de la época franquista. Creen que regresar al horario de Greenwich subrayaría la diferencia de Cataluña respecto al resto del país y sería un nuevo paso hacia la autonomía.
Sin embargo, el propio Domingo reconoce que llevar a cabo esta iniciativa será complicado. Para ello se necesitará el acuerdo no solo del Consell de la República, sino también de otras organizaciones, incluidas la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium y los partidos políticos. Por ahora, este escenario parece poco probable.
En la entrevista, Domingo señala que si al menos 200.000 personas adoptan el nuevo sistema, ya será un éxito. Sin embargo, frente a una población regional de ocho millones, ese resultado parece limitado. Espera que, si logra que la gente distinga entre el ‘tiempo español’ y el ‘tiempo catalán’, esto se convierta en un logro simbólico importante. No obstante, muchos consideran que propuestas como esta solo evidencian la crisis de ideas en el movimiento independentista tras la marcha de Carles Puigdemont.
Otro tema abordado en la entrevista fue el Fons Nacional Català, del que mucho se habló en verano, pero sobre el que aún no se han dado pasos concretos. Domingo ya advierte que el proyecto podría prolongarse durante años. La idea era crear un fondo de inversión para los catalanes que operara desde el extranjero. Sin embargo, si después de cinco años sigue en fase de debate, difícilmente su puesta en marcha está próxima.
El partido Junts se ha distanciado definitivamente del Consejo de la República y de sus iniciativas. Esto no sorprende, dado lo alejadas que están estas propuestas de los problemas reales de la región. El Consejo, que en su momento fue el principal símbolo de los acontecimientos de octubre de 2017, hoy recuerda cada vez más la antigua magnitud del movimiento independentista catalán.





