
El lunes se celebraron audiencias en el juzgado de Catarroja sobre la devastadora inundación que cobró la vida de 229 personas en octubre de 2024. Esta vez, la periodista Mariel Vilaplana testificó como testigo, ya que ese día almorzó con el presidente autonómico, Carlos Mazón. A pesar de un interrogatorio de cuatro horas, los momentos clave de aquella tarde trágica siguen sin esclarecerse.
El misterio de la desaparición: qué ocurrió en los minutos críticos
Una de las cuestiones más delicadas es dónde estuvo el presidente durante los 37 minutos en los que se perdió todo contacto con él. Vilaplana confirmó que se reunió con Mazón alrededor de las tres de la tarde, y tras almorzar juntos, él la acompañó al aparcamiento sobre las 18:30–18:45. Sin embargo, entre las 18:57 y las 19:34, el presidente no realizó ni recibió ninguna llamada. Llegó a su residencia solo cerca de las ocho de la noche, y a la Central de Emergencias aún más tarde, cuando la mayoría de las víctimas ya habían sido halladas.
Este intervalo de tiempo sigue siendo un enigma. Ni la propia periodista ni los detalles aportados lograron arrojar luz sobre dónde se encontraba el jefe regional ni qué hacía en esos minutos, justo cuando la situación en la provincia empeoraba rápidamente.
Incongruencias en los testimonios y cambios en las versiones
En los testimonios de Vilaplana se detectaron contradicciones. Durante el último año, cambió su versión de los hechos en tres ocasiones: primero aseguró que se despidió de Mazón a las 17:45, luego señaló una hora más tardía, y después de ser citada a declarar, precisó que él la acompañó hasta su coche. No obstante, la periodista recalcó que entró sola en el aparcamiento y que, por costumbre, dejó su coche en la segunda planta.
También genera dudas el hecho de que, en distintos momentos, haya dado versiones diferentes sobre el paradero del presidente tras su encuentro. Estas discrepancias no hacen más que aumentar las sospechas y avivar el interés en la investigación.
Detalles de la reunión y comportamientos extraños
Durante la comida, que se prolongó unas cuatro horas, Mazón firmó documentos entregados por el dueño del restaurante y recibió mensajes por el grupo familiar sobre unas inundaciones. Sin embargo, según Vilaplana, no prestó atención a las noticias alarmantes ni abrió el enlace con la información. En ese mismo periodo, el presidente pidió permiso para cambiarse la chaqueta por un jersey—y así fue como lo vieron después en el Centro de Emergencias.
La periodista añadió que la reunión fue de carácter profesional: le ofrecieron un puesto directivo en la televisión autonómica, propuesta que rechazó. Además, asesoró a Mazón sobre presentaciones públicas.
Conversación sobre fútbol y llamadas ignoradas
Especial atención ha generado la conversación a la salida del restaurante. Vilaplana recordó que estuvo hablando de fútbol con el presidente y lo invitó a un partido, mientras él ya no respondía a las llamadas de los responsables de emergencias. En esos momentos, cuando la situación en la región era crítica, el jefe de la autonomía prefirió seguir con una charla informal en lugar de atender a sus colegas.
Todos estos detalles revelados en el tribunal no solo no aclararon lo sucedido, sino que generaron nuevas preguntas. La opinión pública y los investigadores aún buscan respuestas: ¿dónde estaba el presidente en los momentos más cruciales y por qué sus acciones siguen siendo un misterio?





