
En uno de los centros comerciales de Jerez surgió un escándalo cuando el personal descubrió un dispositivo inusual en los baños de mujeres. Resultó que detrás de la rejilla de ventilación estaba oculto un teléfono móvil que grababa en video. El hallazgo fue notado por empleadas del centro, quienes informaron inmediatamente a la seguridad.
La policía, al llegar al lugar, determinó rápidamente que el aparato había sido colocado para captar lo que ocurría en situaciones especialmente íntimas. Además, el dispositivo transmitía imágenes en tiempo real a un reloj inteligente en posesión de un empleado del servicio de limpieza. Durante la investigación, se supo que el sospechoso ya había sido investigado por hechos similares el año pasado, aunque en otro establecimiento.
Los investigadores accedieron al contenido del teléfono incautado y encontraron grabaciones de varias mujeres que trabajaban en este centro comercial. Según información preliminar, el hombre utilizó la tecnología solo para su visualización personal y no distribuyó el material. Sin embargo, la policía continúa con las comprobaciones para descartar la posibilidad de que los archivos hayan sido compartidos con terceros.
Actualmente el sospechoso se encuentra bajo custodia y las mujeres afectadas reciben el apoyo necesario. La dirección del centro comercial ha reforzado las medidas de seguridad y lleva a cabo una investigación interna. En la ciudad se discute cómo este tipo de incidentes afecta la sensación de seguridad en el lugar de trabajo y qué más se puede hacer para proteger al personal.





