
El Tribunal Supremo de España ha zanjado una larga disputa entre la administración de Madrid y el municipio de Rivas-Vaciamadrid. La instancia judicial reconoció que las autoridades regionales interrumpieron ilegalmente la financiación de las escuelas infantiles municipales en pleno auge de la pandemia y ha ordenado pagar al municipio 451.399,52 euros. La decisión ha sorprendido a muchos, ya que previamente los tribunales habían respaldado la postura del gobierno regional.
En marzo de 2020, cuando se implantaron duras restricciones en todo el país, la administración madrileña ordenó el cierre de todos los centros educativos. Para los escolares de más de tres años se establecieron clases a distancia, pero no se contempló esa opción para los menores de tres años. A pesar de la falta de apoyo, el Ayuntamiento de Rivas decidió no abandonar a las familias ni al personal docente: las guarderías pasaron a formato online, los educadores mantuvieron contacto diario con las familias, enviando actividades didácticas, materiales musicales e incluso recomendaciones de alimentación.
Sin embargo, las autoridades regionales suspendieron los pagos del acuerdo de financiación, alegando la imposibilidad de prestar el servicio en su formato habitual. El municipio asumió los gastos para preservar los empleos y garantizar al menos un apoyo educativo básico a los niños. Tras el fin del confinamiento, Rivas reclamó una compensación, pero la respuesta fue negativa. En 2022, el juzgado de primera instancia dio la razón a Madrid, considerando que el servicio era imposible de ofrecer. Pero el municipio no se rindió y recurrió ante el Tribunal Supremo.
Un precedente para todo el país
El Tribunal Supremo abordó el caso desde otra perspectiva. Los magistrados consideraron que, incluso en situación de emergencia, era posible organizar el proceso educativo de los más pequeños en formato a distancia. Subrayaron que el personal docente no solo mantuvo el contacto con las familias, sino que de hecho continuó trabajando, adaptando los programas a la nueva realidad. El tribunal recalcó que romper unilateralmente un acuerdo sin el consentimiento de la otra parte no es admisible, ni siquiera en caso de fuerza mayor.
Este fallo se ha convertido en una señal importante para todos los municipios de España. Ahora, las ciudades pueden confiar en la protección de sus intereses si las autoridades regionales intentan recortar la financiación de los servicios sociales bajo el argumento de circunstancias excepcionales. En Rivas consideran que la victoria judicial es un reconocimiento al valor de la primera infancia y de los educadores, que no abandonaron a los menores ni en los meses más duros.
Impacto en la financiación futura
Las autoridades de Madrid ya han anunciado que acatarán la decisión judicial. Al mismo tiempo, desde el municipio de Rivas destacan que este caso evidencia lo fundamental que es dialogar y buscar acuerdos entre los distintos niveles de gobierno, especialmente cuando se trata de servicios básicos para las familias. Expertos señalan que ahora los gobiernos regionales actuarán con más cautela al cambiar las condiciones de financiación en situaciones de crisis, para evitar caer en una trampa judicial similar.
La historia de Rivas no es solo una disputa económica. Es un ejemplo de cómo las autoridades locales pueden defender los intereses de sus vecinos y proteger la calidad educativa incluso en tiempos de incertidumbre. La decisión del Tribunal Supremo podría marcar un punto de inflexión para replantear las relaciones entre regiones y municipios en todo el país.





