
En la mayor refinería de petróleo de España, ubicada en Vizcaya, se ha desatado un conflicto laboral como no se veía en casi medio siglo. Cerca de mil empleados de Petronor, que forma parte del grupo Repsol, llevan más de cuarenta días sin acudir a sus turnos. Las causas no son solo antiguos acuerdos caducados, sino también cambios en la organización de la jornada que, según los trabajadores, aumentan las horas laborales sin compensación adicional.
Un convenio antiguo y nuevas exigencias
El último convenio colectivo se firmó en 2020 y debía estar vigente hasta finales de 2024. Sin embargo, los empleados consideran que sus condiciones ya no se adaptan a la realidad actual: muchos se ven obligados a hacer horas extra y la temporalidad se ha convertido en algo habitual. Los sindicatos subrayan que algunos turnos superan las 12 horas y que la alta rotación de personal dificulta mantener la seguridad en la planta.
A principios de 2024, la inspección laboral impuso a la empresa una fuerte multa por irregularidades en la contratación. Tras ello, los sindicatos recurrieron a la vía judicial para exigir una revisión de las condiciones de trabajo. Actualmente, el caso está siendo examinado por la Audiencia Nacional.
Mudanza de vestuarios y nuevos roces
La situación se agravó en verano, cuando la dirección decidió cambiar la ubicación de los vestuarios. Ahora los empleados deben cambiarse primero y luego fichar el inicio de su turno. Según la plantilla, esta medida ha supuesto en la práctica alargar la jornada media hora más. Las negociaciones con la empresa no dieron resultado, y el 25 de septiembre los trabajadores iniciaron una huelga.
Los intentos de llegar a un acuerdo continuaron incluso después de iniciada la protesta. Dos de los sindicatos más grandes aceptaron un compromiso: aumentar el número de días libres para compensar los minutos adicionales. Sin embargo, la mayoría de los empleados rechazó esta propuesta y exigió el regreso al sistema anterior. Como resultado, la disputa llegó a los tribunales y ahora la resolución depende del veredicto del juez.
Perspectivas y ambiente
Por ahora, las negociaciones están estancadas y los empleados mantienen su decisión de continuar la huelga hasta que se cumplan sus demandas. Los representantes sindicales subrayan que el asunto no es solo el tiempo de cambio de vestuario, sino también cuestiones fundamentales de seguridad y estabilidad laboral. Por el momento, la dirección de la empresa no ha hecho declaraciones al respecto.
Este conflicto se ha convertido en el más prolongado en la historia de la empresa y podría afectar a toda la industria en la región. En las próximas semanas, ambas partes esperan el fallo judicial que determinará cómo evolucionarán los acontecimientos.






