
En la provincia de Alicante se ha desplegado una amplia investigación en la que 64 personas han quedado bajo investigación por presuntas infracciones de las normativas urbanísticas. La operación, denominada Urbanitas, afectó a varias zonas donde se detectaron numerosos casos de parcelación y edificación ilegal de terrenos.
La investigación se inició en otoño del año pasado tras denuncias de vecinos y detecciones de irregularidades por parte de patrullas. La atención de los inspectores se centró en las áreas de El Moralet, El Verdegas, La Cañada del Fenollar, La Alcoraya y Fontcalent. En estos lugares se documentaron intentos de construir en terrenos donde la ley prohíbe cualquier tipo de edificación e incluso la división en parcelas.
Durante más de 70 inspecciones se comprobó que existían varias tramas relacionadas con la compraventa y reventa de terrenos agrícolas. Intermediarios localizaban propietarios de terrenos sin uso y luego, o bien los adquirían directamente, o facilitaban las operaciones con compradores. A continuación, los terrenos se fraccionaban en pequeñas participaciones, a menudo solo sobre el papel, para maximizar el beneficio. Los nuevos propietarios firmaban contratos privados adquiriendo únicamente una cuota abstracta del terreno común, sin que esta correspondiera a una ubicación concreta. Como resultado, todos los riesgos jurídicos y administrativos recaían sobre ellos.
Entre los sospechosos se encuentran 39 hombres y 25 mujeres, con edades comprendidas entre los 23 y 66 años. Según la investigación, tres de ellos actuaban como intermediarios. Además de las infracciones urbanísticas, a algunos se les acusa de falsificación de documentos y evasión fiscal. En particular, se trata de la manipulación de papeles en la formalización de transacciones, con el objetivo de engañar a las autoridades y evitar el pago de tasas obligatorias.
Todos los materiales ya han sido remitidos al juzgado de Alicante. Las autoridades locales también han sido informadas de las posibles infracciones, lo que podría derivar no solo en importantes multas, sino también en la demolición de las construcciones ilegales y el corte del suministro de agua, electricidad y otros servicios públicos.
Las fuerzas de seguridad advierten: la compra de viviendas construidas sin autorización puede acarrear graves consecuencias. Si se detectan irregularidades, los propietarios se arriesgan a perder la inversión realizada, afrontar la demolición de la vivienda, sufrir daños materiales por desastres naturales y, además, quedarse sin posibilidad de inscribir la propiedad o conectar los servicios básicos.






