
En la pequeña ciudad de Torremolinos (provincia de Málaga) ocurrió una tragedia que conmocionó a la comunidad local. Por la mañana, agentes judiciales y la policía llamaron a la puerta del apartamento de un hombre de 83 años: había llegado el momento de ejecutar la orden de desahucio. El pensionista, que llevaba muchos años viviendo allí, pidió unos minutos para prepararse antes de salir. Nadie esperaba que tras la puerta cerrada se oyera un disparo.
El hombre mayor, ciudadano alemán, fue hallado acostado en la cama con una herida de bala en la cabeza. Fue trasladado de urgencia al hospital de Málaga, pero no pudieron salvarle la vida. La causa del desahucio fue una deuda de pagos comunitarios y gastos judiciales, que no superaba los 2.700 euros. El piso había sido subastado en 2022, pero el antiguo propietario se negó a abandonar la vivienda pese al cambio de dueños.
Los vecinos señalaron que el hombre, tras la muerte de su esposa este año, se había vuelto retraído y no pidió ayuda a los servicios sociales. El Ayuntamiento de Torremolinos confirmó que no recibió ninguna solicitud suya, aunque en la ciudad existen programas de apoyo para personas en situaciones difíciles. Las autoridades expresaron sus condolencias y recordaron la existencia de medidas de emergencia, desde alojamiento temporal hasta subvenciones para el alquiler.
Este caso se ha convertido en uno de los cientos de desalojos que se han llevado a cabo en Málaga en los últimos meses. Solo en Torremolinos, el año pasado se registraron casi doscientos. Representantes de asociaciones de inquilinos destacan que la falta de regulación en el mercado inmobiliario y el aumento de los precios hacen que tragedias como esta sean cada vez más frecuentes. El proceso judicial del pensionista comenzó en 2014, cuando se mudó por primera vez al piso y no pagaba las cuotas de la comunidad. Tras la venta de la vivienda, el nuevo propietario asumió los gastos de servicios, pero el antiguo dueño siguió viviendo allí sin contrato de alquiler ni abonar las facturas.
El primer intento de desalojo se realizó en verano de 2023, pero entonces el hombre no abandonó la vivienda. El tribunal no lo consideró vulnerable, al entender que contaba con recursos provenientes de la venta del inmueble. Los trabajadores sociales intentaron contactar con él, pero no tuvieron éxito. La segunda visita de los agentes judiciales terminó en tragedia. Las autoridades municipales recordaron nuevamente a los ciudadanos la posibilidad de solicitar ayuda si se enfrentan a la amenaza de perder su vivienda.






