
España al borde de un cambio: debate sobre la eliminación del cambio de hora
En 2025, el gobierno de España ha reabierto el debate sobre la abolición del cambio horario estacional. El presidente Pedro Sánchez planea llevar la cuestión a Bruselas para buscar un acuerdo común entre todos los países de la Unión Europea. Si los Estados miembros apoyan la iniciativa, los cambios podrían implementarse en tan solo un año. El centro de la discusión es la elección entre el horario de verano o de invierno permanente, una decisión que afecta directamente la rutina diaria de millones de españoles.
Ventajas e inconvenientes de las distintas opciones horarias
Adoptar el horario de verano de forma permanente provocaría que en invierno el amanecer fuera más tarde, especialmente en el norte y centro del país. En ciudades como A Coruña o Bilbao, el sol aparecería en el horizonte cerca de las nueve de la mañana. Por otro lado, las tardes serían más luminosas, lo que podría favorecer al comercio, la hostelería y el turismo. Los habitantes tendrían más tiempo para disfrutar al aire libre y los negocios podrían aumentar el flujo de clientes. Sin embargo, las horas matutinas en oscuridad pueden afectar negativamente al bienestar y al ánimo, especialmente de niños y personas mayores.
Si se elige la opción de horario de invierno, los amaneceres serán más tempranos y la jornada laboral comenzará con luz natural. Los especialistas en biorritmos respaldan esta propuesta, señalando su impacto positivo en la salud y la calidad del sueño. Sin embargo, las tardes serán más cortas, lo que puede reducir la actividad en el sector servicios y alterar los ritmos sociales habituales. Durante los meses estivales, el sol se pondrá antes, lo que podría afectar el atractivo turístico del país y disminuir los ingresos en algunos sectores.
Economía y salud: enfoques contrapuestos
La decisión sobre el cambio horario va más allá de una simple cuestión de costumbres diarias. Empresarios, especialmente en turismo y restauración, abogan por mantener las tardes largas y luminosas, ya que consideran que eso incrementaría los ingresos y ampliaría la temporada de actividad. Por otro lado, médicos y científicos insisten en la importancia de ajustarse a los ritmos naturales para reducir el estrés y mejorar el bienestar general de la población. Ambas partes presentan argumentos sólidos, lo que hace que la decisión sea especialmente compleja.
La opinión pública y la experiencia de años anteriores
Las encuestas muestran que los españoles no han llegado a un consenso. Parte de la ciudadanía apoya el horario de verano permanente, considerándolo más cómodo para el ocio y el tiempo libre. Otros prefieren el horario de invierno, destacando sus beneficios para la salud y el descanso. En 2018, la Comisión Europea ya propuso eliminar el cambio estacional de hora, y la mayoría de los encuestados respaldó esa iniciativa. Sin embargo, en aquel momento los países de la UE no lograron ponerse de acuerdo sobre un enfoque común.
En octubre de 2024, España volvió a adoptar el horario de invierno, pero si la iniciativa de Sánchez recibe luz verde, este cambio podría ser uno de los últimos. En los próximos meses, los países de la Unión Europea seguirán debatiendo para decidir qué horario será permanente para millones de habitantes.





