En Girona ha concluido uno de los juicios más mediáticos de los últimos años. El jurado popular emitió un veredicto de culpabilidad en el caso de un residente de Campdevànol que, en septiembre de 2022, sometió a su joven pareja a torturas brutales que acabaron con su vida. El acusado, Alberto Pinto Pérez, de 39 años, fue procesado por asesinato con especial crueldad, violencia sexual con objetos peligrosos y continuos malos tratos en el ámbito familiar.
El proceso judicial duró varios días. El jurado, compuesto por seis mujeres y tres hombres, declaró por unanimidad culpable al acusado por todos los cargos. Durante las vistas se reveló que, durante dos días, el hombre infligió numerosas heridas a la víctima —los forenses contabilizaron más de 130 lesiones en el cuerpo de la joven—. Todas las heridas fueron causadas en vida, y la víctima no pudo abandonar el piso: su teléfono estaba roto y la salida, bloqueada.
La investigación determinó que el acusado actuó de manera consciente, no estaba bajo los efectos de sustancias psicoactivas ni padecía trastornos mentales. La defensa intentó demostrar lo contrario, alegando un posible episodio psicótico y una larga adicción a las drogas, pero los peritos no avalaron estos argumentos. El jurado no encontró ningún atenuante en el caso.
Detalles del crimen y posturas de las partes
Según los documentos del caso, el acusado humillaba y controlaba de forma sistemática a su pareja, lo que queda demostrado incluso en la manera en que guardó su contacto en el teléfono móvil. Durante dos días, le propinó golpes con las manos, los pies y diversos objetos, causando a la víctima no solo dolor físico, sino también psicológico. Entre las lesiones se registran múltiples fracturas, quemaduras y graves daños en las zonas íntimas.
La fiscalía y la acusación particular solicitan la pena máxima: cadena perpetua revisable, además de penas adicionales por violencia sexual y agresiones reiteradas. El abogado defensor reconoció la gravedad de los hechos, pero pidió una condena de 39 años de prisión, excluyendo la cadena perpetua. El jurado también se posicionó en contra de conceder libertad condicional o indulto al condenado.
Consecuencias posibles y gran repercusión social
Este caso podría convertirse en el primero de la región donde un tribunal de Girona impone una cadena perpetua revisable. La sociedad catalana y el conjunto de España siguen con atención el desarrollo del proceso, ya que el caso ha generado un amplio debate sobre la violencia de género y la protección de las víctimas. Se espera que la sentencia definitiva se dicte en los próximos días.
