
Durante el proceso judicial sobre la gran inundación en la provincia de Valencia, han salido a la luz nuevos detalles sobre la actuación de las autoridades regionales y centrales en las horas críticas de la tragedia. Inmaculada Piles, responsable del servicio de emergencias 112 de la Generalitat Valenciana, ofreció su testimonio esclareciendo la cadena de decisiones tomadas el día de la catástrofe.
Según Piles, la primera solicitud oficial para enviar la alerta masiva Es Alert le llegó de parte del Gobierno central a las 18:35. En ese momento, la situación en la región era ya crítica: el caudal desbordado del Barranco del Poyo había provocado que una ola arrasara varias localidades, entre ellas Paiporta y Catarroja. Precisamente allí se registraron las peores consecuencias, con decenas de fallecidos y cientos de heridos.
A pesar de la urgencia, el aviso de peligro no se envió hasta las 20:11. Para ese momento, la mayoría de personas dadas por desaparecidas ya no mostraban signos de vida. Piles justificó el retraso señalando que la redacción del mensaje y la coordinación entre distintas administraciones tomó más tiempo de lo previsto. En la discusión participaron tanto funcionarios de la gestión regional de emergencias como representantes del Gobierno central.
Ese mismo día, ya por la mañana, la administración de Valencia conocía la magnitud del desastre. A las 12:05, miembros del gabinete del presidente de la autonomía consultaron cómo acceder a las zonas más afectadas. Esto demuestra que las autoridades estaban al tanto de la gravedad de la situación mucho antes de la declaración oficial de alarma.
Reacción de las autoridades y cronología de los hechos
A pesar de la información sobre la catástrofe, el presidente regional Carlos Mazón no alteró su agenda. Continuó participando en actos públicos y reuniones, e incluso almorzó hasta entrada la tarde. Mientras tanto, los servicios de emergencia ya reportaban niveles críticos de agua en ríos y arroyos, y los meteorólogos habían activado la alerta roja a las 7:36 de la mañana.
El gobierno abordó las consecuencias del temporal en la reunión matutina, donde se plantearon posibles medidas. Sin embargo, según reveló la investigación, la coordinación entre los distintos niveles de la administración fue insuficiente. Esto provocó que la alerta masiva a la población se enviara con un retraso considerable.
Consecuencias y nuevas incógnitas
La tragedia dejó 229 víctimas mortales solo en una provincia. Surgen preguntas sobre por qué, pese a disponer de información sobre la amenaza inminente, no se activaron todos los recursos para alertar a la población. La investigación trata de esclarecer quién tomó las decisiones clave y por qué la coordinación fue tan lenta.
El testimonio del director del servicio 112 se ha convertido en una pieza clave de la investigación. Sus declaraciones ayudan a reconstruir cómo se desarrollaron los hechos en las horas críticas y por qué no se pudo evitar una tragedia humana de tal magnitud. El proceso judicial sigue en marcha y la opinión pública espera respuestas a las preguntas más delicadas.






