
Silvia Intxaurrondo, reconocida periodista y escritora, se ha consolidado en la cima de la televisión española. Su programa matutino “La Hora de La 1” se ha convertido en el indiscutible favorito de la audiencia, posicionándola como la nueva reina de las mañanas. Supera con holgura a sus principales rivales, incluidas presentadoras de programas tan populares como “Mañaneros” en La Sexta y “Espejo público” en Antena 3.
Sin embargo, tras el brillante éxito televisivo se oculta un grave conflicto legal. Intxaurrondo se ha visto envuelta en un litigio con la corporación pública RTVE. El motivo son las nuevas condiciones de su contrato laboral, que ella consideró inaceptables. La periodista interpuso una demanda y ahora ambas partes se preparan para verse en los tribunales, una cita prevista para la próxima primavera.
El origen de esta disputa se remonta a más de dos años atrás. Entonces, la dirección de RTVE tomó la decisión estratégica de asumir el control total de la producción del programa, que hasta ese momento estaba a cargo de una productora externa. Inicialmente, Silvia trabajaba bajo contrato a través de su propia empresa. Este acuerdo, firmado por dos años, contemplaba una retribución considerable de casi 270.000 euros anuales.
La situación cambió radicalmente en 2023 tras una inspección laboral. Como resultado, RTVE se vio obligada a ofrecer a la presentadora un nuevo contrato laboral estándar, acorde al convenio colectivo. Las condiciones económicas fueron considerablemente más modestas: un sueldo de unos 45.000 euros anuales, más posibles bonificaciones. Para una figura de su categoría, esto supuso una bajada sustancial.
Además de la notable reducción salarial, las nuevas condiciones le hicieron perder la independencia de la que antes gozaba. Ahora está obligada a seguir de forma estricta el Código Ético y el Manual de Redacción de RTVE, lo que limita la libertad creativa que tenía trabajando como colaboradora externa.
Paradójicamente, a pesar de estos problemas laborales, la popularidad de su programa no deja de crecer. En octubre alcanzó un récord de audiencia de la temporada con un 22,3% de cuota, la segunda cifra más alta del año. El crecimiento respecto al año anterior fue del 42%, una subida impresionante. Este éxito demuestra que las dificultades personales y profesionales no han afectado la calidad de su trabajo en antena. En el plano personal, la periodista mantiene una vida estable: lleva catorce años casada con Jinhua Faruk, con quien cría a sus hijos y comparte su interés por el mundo árabe.






