
En la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Innovación y Diseño, la reina Letizia acaparó la atención no solo como figura de la monarquía, sino también como una mujer sensible a los sentimientos de la sociedad. Antes de su intervención, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, destacó el papel fundamental de la reina, describiéndola como fuente de inspiración para muchas generaciones de mujeres y como un símbolo vivo de España, donde las mujeres en el poder ayudan a otras a alcanzar nuevas metas.
La propia intervención de la reina demostró cómo se gana un auténtico liderazgo. Su discurso, dedicado a los galardonados, fue de los más memorables de los últimos tiempos. No solo por el contenido cuidadosamente elaborado, sino por la sinceridad y las reflexiones personales que dejaron ver su cercanía con las inquietudes de los ciudadanos. Letizia sabe ir más allá del protocolo, expresando desde la tribuna asuntos que preocupan a muchos.
El eje central de sus palabras fue la rápida evolución de la inteligencia artificial. La reina compartió abiertamente su desconcierto, similar al que experimentan hoy la mayoría de las personas ante el incesante flujo de noticias sobre los retos y oportunidades que traen las nuevas tecnologías. Señaló que cada vez que trata de profundizar en el tema, surgen conceptos nuevos: desde la superinteligencia hasta la IA cuántica y autoconsciente. Esta avalancha de información, aseguró, genera preocupación social, especialmente respecto al futuro del mercado laboral.
En medio del auge tecnológico, Letizia puso el foco en el valor perdurable de la mente humana. Señaló que la excepcionalidad de los talentos reunidos en la ceremonia invita a reflexionar sobre la insustituibilidad de la inteligencia humana. La reina contrapuso a los algoritmos las conexiones sinápticas únicas del cerebro, que nos permiten no solo aprender, actuar y recordar, sino, sobre todo, sentir. Pronunció esta última palabra con especial énfasis, resaltando su importancia.
Para cerrar su intervención, la reina se dirigió a los galardonados. Definió sus logros y trayectorias como una auténtica «cartografía de la excelencia». Según sus palabras, estas mujeres y hombres, con su trabajo e ideas singulares, forman parte esencial de la España diversa. Su reconocimiento a nivel estatal es un homenaje al empuje creativo e intelectual que impulsa al país hacia adelante.





