
Como resultado de un gran operativo en el aeropuerto de Barajas (Madrid), las fuerzas de seguridad detuvieron a 16 personas relacionadas con la organización de envíos de cocaína. Entre los arrestados se encuentran empleados del propio aeropuerto, quienes aprovecharon su posición para facilitar el traslado de sustancias prohibidas.
Durante los registros, la policía incautó 60 kilos de cocaína, más de cinco millones de euros en efectivo y un arsenal de armas: una pistola, un rifle, un lanzagranadas, un centenar de detonadores y una gran cantidad de munición. También fueron confiscados vehículos y teléfonos móviles utilizados para coordinar las acciones.
Estructura compleja y reparto de funciones
La investigación, iniciada en 2022, destapó una organización criminal con una estructura bien definida. El líder controlaba todas las fases, desde la recepción de la carga hasta su salida del aeropuerto. Para camuflar las operaciones, utilizaban pasajeros falsos que compraban billetes de vuelos nacionales para acceder a la zona de llegadas internacionales. Allí recogían las maletas con droga, retiraban las etiquetas y abandonaban la terminal haciéndose pasar por viajeros comunes.
Los empleados del aeropuerto también desempeñaban un papel clave, ya que facilitaban el acceso a los equipajes y ayudaban a sacar las sustancias prohibidas. Además, en la organización participaba una persona encargada de blanquear el dinero a través de una red de empresas y de transferir fondos al extranjero, así como de proveer los vehículos y propiedades necesarios.
Flujos financieros y conexiones internacionales
Parte de los fondos se transfería a cuentas en el extranjero y también se convertía en criptomonedas para ocultar el origen del dinero. Para encubrir la actividad, se utilizaban oficinas y contrataciones ficticias, lo que permitía a los implicados mantener la apariencia de un negocio legal y un alto nivel de vida.
La operación culminó con una serie de registros en viviendas y almacenes, entre ellos en el municipio de Sonseca, donde se halló otro importante alijo de cocaína. La investigación, que duró casi tres años, permitió desmantelar por completo una red ramificada que operaba no solo en España, sino también en el extranjero.






