
En el barrio de Rejas, perteneciente al distrito madrileño de San Blas-Canillejas, ha estallado un conflicto en torno a la única escuela local, Ciudad Pegaso. Las familias de los alumnos se han cansado de esperar cambios: en cuatro años, sus peticiones a las autoridades no se han traducido en acciones concretas. El edificio, construido en 1960, lleva tiempo necesitando una reforma integral y su estado genera verdadera preocupación en las familias por la seguridad de sus hijos.
Entre los problemas más graves están las numerosas filtraciones, profundas grietas en las paredes, baños en estado crítico y un tejado de amianto que ha superado con creces su vida útil. Los padres denuncian que, pese a las promesas de los responsables, el proyecto de rehabilitación sigue sin ejecutarse. En 2020, una inspección técnica consideró que el edificio era deficiente en todos los aspectos clave: desde la cimentación hasta las instalaciones y la accesibilidad. En 2023, la Junta de distrito volvió a advertir sobre posibles daños estructurales en los elementos de soporte.
Amianto peligroso y filtraciones constantes
Una de las mayores preocupaciones es el tejado de amianto, que supera los 3.000 metros cuadrados. Los padres encargaron una pericia independiente, que confirmó la presencia del material tóxico. Aunque en 2003 se reforzó la cubierta con una plancha metálica, el amianto original permanece dentro de la estructura. Las autoridades aseguran que el riesgo es mínimo, pero las familias temen que los niños puedan inhalar fibras nocivas, sobre todo cuando llueve y el agua se filtra al interior del edificio.
En octubre del año pasado, la policía municipal incluso cerró los vestuarios escolares por riesgo de derrumbe. Durante 2023 y parte de 2024, el agua se acumuló regularmente en los patios y salidas, formando enormes charcos. Debido a esto, las puertas se hinchaban y no se podían abrir, lo que imposibilitaba una evacuación rápida en caso de emergencia. Las tuberías y el sistema de alcantarillado antiguos no soportan la carga, y las arquetas y desagües a menudo están obstruidos.
Obras de reparación y trabas burocráticas
Los baños para 165 alumnos estuvieron cerrados más de un año por problemas en los desagües. Recientemente se reabrieron, pero los padres temen que la situación aún no esté completamente resuelta. Las placas de fibrocemento del tejado se agrietan y los suelos de algunas aulas se hunden. Los padres se preguntan: ¿de verdad hay que esperar una tragedia para que las autoridades actúen?
Las lluvias inundan los pasillos y en las paredes aparecen nuevas grietas y manchas de humedad. Las aulas de los pisos superiores y las salas donde se imparten clases de religión son las que más rápido se deterioran. A pesar de las pequeñas reparaciones que periódicamente realizan los servicios municipales y distritales, el estado general del edificio sigue empeorando.
Larga lucha por una escuela segura
Desde 2021, los padres libran una auténtica batalla burocrática: presentan quejas, exigen documentación y acuden al defensor del pueblo. Las autoridades reconocen la presencia de amianto, pero consideran que su retirada no es necesaria mientras el material no esté dañado. Sin embargo, según los expertos, la vida útil del amianto es de 35 años y el tejado de la escuela tiene ya 63 años. En todo ese tiempo, el material se vuelve frágil y puede liberar partículas peligrosas al aire.
En 2022, la administración distrital prometió incluir la escuela en el registro especial de edificios con amianto. En agosto y septiembre se realizaron trabajos para corregir los defectos detectados, pero hasta ahora los padres no saben si la escuela pasó una nueva inspección. En febrero de 2023, el sindicato CGT presentó una denuncia ante la inspección laboral y, en octubre del mismo año, la dirección del colegio informó sobre el estado crítico del edificio.
En diciembre de 2023, la inspección laboral evaluó el riesgo por amianto como bajo, pero recomendó sustituir el tejado antes de 2028. En octubre se repararon las paredes y puertas en peor estado, pero los problemas principales siguen sin resolverse. Los padres insisten en que la reforma integral comience de inmediato, preocupados por la salud y la vida de sus hijos.





