
La investigación sobre la actividad de las llamadas “cloacas” en la sede central del PSOE ha dado un nuevo giro. El fiscal Ignacio Stampa presentó ante el juez una serie de mensajes que, según él, podrían implicar a la cúpula del partido en una operación secreta destinada a apartar a los rivales políticos del Gobierno.
Entre los mensajes aportados se encuentra un intercambio fechado apenas unos días antes de que estallara en la prensa el caso de Leire Díez. Entonces, los medios publicaron una grabación en la que empleados de Ferraz hablaban sobre la recopilación de información comprometedora contra la unidad de la Guardia Civil encargada de los casos más delicados.
El propio Stampa, ex fiscal anticorrupción y protagonista de varios casos mediáticos, afirma que recibió ofertas de promoción profesional. A cambio, se esperaba que iniciara investigaciones contra el partido de la oposición. En los mensajes aparecen mencionados el empresario Javier Pérez Dolset y Leire Díez, quienes, según el fiscal, intentaron convencerle de colaborar.
Especial atención en los mensajes se presta a los casos relacionados con el excomisario José Manuel Villarejo y su impacto en el Ministerio del Interior durante la etapa de Mariano Rajoy. Las negociaciones entre las partes se prolongaron durante varios meses y, para establecer contacto con el fiscal, se recurrió al magnate de la construcción Luis del Rivero. Las reuniones tuvieron lugar en el centro de Madrid, y tras una de ellas se planteó organizar un nuevo encuentro con altos cargos, incluido el entonces secretario de Organización del PSOE.
En la correspondencia se discutieron los detalles de futuros encuentros, así como la cautela con la que los participantes manejaban la situación. Los mensajes reflejan que los implicados eran conscientes del riesgo y procuraban no dejar demasiadas huellas.
Mecanismos internos y nuevos sospechosos
La información revelada arroja luz sobre los métodos de trabajo de las estructuras clandestinas dentro del partido. Hasta ahora, los representantes del PSOE negaban que Leire Díez y otros miembros de este grupo actuaran bajo instrucciones directas de Santos Cerdán, uno de los colaboradores más cercanos de Pedro Sánchez. Sin embargo, nuevos mensajes entregados al tribunal apuntan lo contrario: la relación entre la dirección y los ejecutores era más estrecha de lo que se pensaba.
La investigación sigue analizando la correspondencia para determinar hasta qué punto las figuras clave del partido están involucradas en la operación. El foco sigue puesto en los intentos de recopilar material comprometedor sobre los rivales y organizar campañas informativas en su contra.
El escándalo en torno a Ferraz sigue creciendo y los nuevos detalles que surgen durante la investigación podrían acarrear graves consecuencias para la élite política del país. En los próximos días se esperan nuevos interrogatorios y, posiblemente, la aparición de nombres aún más destacados en el caso.






