
Desde 2014, tras la abdicación del rey Juan Carlos, la reina Sofía dejó de aparecer en público con tiaras. El relevo lo tomó la reina Letizia, quien ahora tiene el honor de lucir las diademas más impresionantes del tesoro real, conocidas como «joyas de pasar», joyas que se transmiten de un monarca a otro. Además, doña Sofía a veces presta a su nuera algunas piezas de su colección personal. Durante los 52 años transcurridos desde su boda con el rey emérito, doña Sofía ha mostrado al mundo una impresionante selección de joyas, tanto provenientes del tesoro como de su colección particular, que se ha enriquecido con regalos y herencias.
Su madre, la reina Federica, poseía una deslumbrante colección heredada de la familia real griega y de su propia madre, la princesa Victoria Luisa de Prusia. Para su boda con Juan Carlos en 1962, doña Sofía recibió numerosos obsequios que luego lució en recepciones oficiales y retratos. Repasamos seis tiaras que cuentan su historia como princesa y reina.
1. La tiara prusiana. Esta fue la primera diadema en la colección de Sofía, un regalo de bodas de su madre. Creada por los joyeros berlineses Koch en un estilo neoclásico, es una pieza delicada de platino y diamantes. La joya consta de dos bandas y es propiedad privada de la reina, quien la ha prestado generosamente tanto a sus hijas como a su nuera.
2. La tiara floral de Franco. Esta joya transformable, creada por la casa londinense J.P. Collins en 1879, fue un regalo de bodas del general Franco. Puede llevarse como tiara, collar o incluso broche. En las décadas de los 70 y 80 fue una de las diademas que más utilizó, convirtiéndose en un símbolo de sus primeros años como esposa del heredero y, posteriormente, como reina.
3. La tiara Mellerio. Regalo del conde de Barcelona por el compromiso de Sofía con don Juan Carlos. Creada en 1867, es conocida como la “tiara de conchas” por su diseño. Está hecha de platino y adornada con diamantes y perlas. Esta joya marca uno de los últimos grandes acontecimientos en la familia de la reina Isabel II.
4. Los rubíes Niarchos. Un lujoso conjunto de rubíes birmanos y diamantes de Van Cleef & Arpels, obsequio del naviero griego Stavros Niarchos. Esta tiara, la reina Sofía nunca la prestó ni a sus hijas ni a su nuera, lo que subraya su carácter especial y personal. Elegante y discreta, es la joya perfecta para la reina emérita.
5. La tiara Fleur-de-Lis. Es la diadema más importante del tesoro real, creada en 1906 para la reina Victoria Eugenia. Simboliza la monarquía española y fue la que doña Sofía eligió para su última cena oficial como reina en 2014: un gesto de despedida cargado de simbolismo.
6. La tiara Cartier. Regalo para la reina Victoria Eugenia en 1907, esta joya de diseño francés adornada con perlas pasó después a la infanta María Cristina y más tarde a doña Sofía. Se considera que esta tiara es una de las favoritas de la reina y la que mejor le queda. Estas joyas no son solo adornos, sino testigos silenciosos de la historia personal y de Estado, un legado que acompañó a la reina Sofía en su camino de princesa a monarca.






