En la mañana del jueves, el personal de tierra de Ryanair en el aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela, solicitó a la dirección explicaciones tras los informes sobre el cierre de la base. La respuesta, entregada por escrito, confirmó el cese de actividades de la base, pero no ofreció indicaciones claras sobre el futuro del personal. Los trabajadores señalan que se les informó sobre la reducción de rutas y vuelos, sin que aún se conozcan las condiciones laborales que regirán en adelante. El cierre definitivo de la base está previsto para el 26 de octubre, coincidiendo con el inicio del horario de invierno.
Como consecuencia de esta decisión, más de un millón de plazas para pasajeros desaparecerán de los horarios, lo que ha generado preocupación entre los habitantes de la región y los viajeros. Según estimaciones del sindicato CIG, casi un centenar de puestos de trabajo del personal de tierra están en riesgo. Muchos empleados destacan el apoyo y la comprensión que reciben de los pasajeros afectados por la cancelación de vuelos, aunque reconocen que para los trabajadores las consecuencias son mucho más graves.
Las tripulaciones de vuelo fueron informadas de la situación en una reunión aparte. Se les ofreció la posibilidad de trasladarse a otras ciudades, pero algunos evalúan la opción de dejar la empresa. A lo largo de los años, muchos han formado familias, adquirido viviendas y escolarizado a sus hijos en Galicia, por lo que la idea de mudarse resulta inesperada y complicada, especialmente a las puertas del nuevo curso escolar.
La reducción de rutas de Ryanair en Galicia comenzó hace ya dos años, y la competencia con Vueling no ha dejado de intensificarse. Ahora, la compañía suspende completamente sus vuelos desde Vigo y Santiago, manteniendo solo algunas rutas: Sevilla, Valencia, Lanzarote, Tenerife Sur y Londres. Los vuelos directos a Barcelona, Madrid, Dublín y otras ciudades serán cancelados.
La dirección de Ryanair justifica su retirada por la negativa de Aena a reducir las tasas aeroportuarias. Las autoridades de Santiago y Vigo, así como representantes empresariales y pasajeros, critican la decisión de la aerolínea. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, afirmó que la ciudad no tenía previsto renovar los contratos con la compañía, mientras que en Santiago destacan que el aumento de tasas por parte de Aena podría afectar negativamente al desarrollo de los aeropuertos regionales.
Los pasajeros que solían volar con Ryanair ya buscan alternativas. Algunos confían en que otras aerolíneas ocuparán los espacios que quedan libres, pero parte de la población teme un incremento en los precios y que disminuya la oferta de vuelos entre Galicia y Canarias. Para muchas familias y empresarios, esta decisión ha supuesto un duro golpe, especialmente para quienes trabajan y residen entre ambas regiones.
