
Cada uno de nosotros pasa aproximadamente un tercio de la vida durmiendo, pero ¿cuántos se han preguntado en qué postura lo hacen? Resulta que la posición del cuerpo durante el descanso nocturno no solo puede influir en la calidad del sueño, sino también ejercer un impacto directo sobre la salud. Un especialista español en medicina del sueño compartió sus observaciones y dio algunas recomendaciones valiosas que pueden ayudar a mejorar el bienestar y evitar consecuencias negativas asociadas a una postura incorrecta.
La primera y principal regla en la que insiste el médico es la comodidad. Si te sientes a gusto, no experimentas dolor ni molestias, y el colchón y la almohada son adecuados para ti, ya has recorrido la mitad del camino hacia un sueño reparador. Sin embargo, existen recomendaciones generales basadas en la fisiología humana.
En la mayoría de los casos, la posición más recomendable para dormir es de lado. Pero aquí surgen matices: ¿izquierdo o derecho? La elección del lado puede ser crucial en determinadas condiciones. Por ejemplo, a las personas con insuficiencia cardíaca se les aconseja dormir precisamente sobre el lado izquierdo. Esta postura facilita el trabajo del corazón y mejora el retorno venoso. Una recomendación similar se aplica a quienes sufren de reflujo gastroesofágico. La disposición anatómica del estómago hace que dormir sobre el lado izquierdo prevenga que el ácido gástrico regrese al esófago. De manera adicional, se puede elevar la cabecera de la cama entre 30 y 45 grados.
Dormir boca arriba, aunque muchos lo consideran beneficioso, puede agravar problemas como los ronquidos y la apnea del sueño. En esta posición, debido a la gravedad, la lengua y la mandíbula inferior se desplazan hacia atrás, estrechando las vías respiratorias. Esto provoca vibraciones, es decir, ronquidos, y puede llevar a breves pausas en la respiración. Estas condiciones no solo empeoran la calidad del sueño, sino que a largo plazo aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por eso, en caso de ronquidos, es preferible dormir de lado o incluso boca abajo para minimizar el problema. Si los ronquidos y los síntomas de apnea persisten incluso durmiendo de lado, es una señal de alerta que requiere una consulta médica inmediata para su diagnóstico.
Investigaciones científicas recientes revelan otro aspecto interesante sobre este tema: la relación entre la postura al dormir y la salud cerebral. Existen datos que indican que dormir de lado (ya sea sobre el lado izquierdo o derecho) facilita un drenaje más eficaz del líquido cefalorraquídeo. Es precisamente durante el sueño profundo cuando el cerebro se limpia de las toxinas acumuladas durante el día. Se cree que facilitar este proceso puede ser una medida preventiva a largo plazo contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, el experto destaca que estos estudios aún se encuentran en una fase inicial.
El factor clave sigue siendo la ausencia de dolor. Independientemente de la postura elegida, es importante asegurar un buen soporte para la columna vertebral. Para dormir de lado, se recomiendan colchón y almohada más suaves, mientras que para dormir boca arriba, es mejor optar por soluciones más firmes. El objetivo es mantener la curvatura natural de la columna, desde la zona cervical hasta la lumbar. Si se duerme de lado, es útil colocar una almohada entre las rodillas para alinear la pelvis y evitar cargar la zona lumbar. Sin embargo, encontrar una postura sin dolor para dormir boca abajo es prácticamente imposible, ya que esta posición genera una tensión excesiva en el cuello, según el especialista.
A muchos les preocupa cambiar de posición con frecuencia durante el sueño. En realidad, esto es absolutamente normal e incluso beneficioso. Moverse mientras se duerme previene la rigidez muscular y articular. Solo si la actividad nocturna es excesiva puede considerarse patológica, pero cambiar varias veces de postura por noche es señal de un organismo sano. En general, dormir boca abajo es considerada la peor postura por el potencial daño para el sistema musculoesquelético.





