Los seguidores de las monarquías europeas contuvieron la respiración ante la expectativa de lo que parecía ser la primera historia romántica entre miembros de dinastías reinantes en medio siglo. Sin embargo, la incipiente relación entre la princesa heredera de Bélgica, Elisabeth, y el príncipe Jorge de Liechtenstein, al parecer llegó a su fin antes siquiera de comenzar. Toda esta intriga real comenzó cuando circuló rápidamente en las redes una fotografía que supuestamente mostraba a la futura reina de los belgas junto al tercero en la línea de sucesión al trono de este principado centroeuropeo. En la imagen, la pareja se abrazaba y sonreía feliz, presuntamente en alguna playa de Grecia. Inicialmente, la foto apareció en una cuenta de Instagram vinculada al príncipe Jorge, segundo hijo del príncipe heredero Alois y la princesa heredera Sophie.
Cuando los periodistas solicitaron comentarios al servicio de prensa de la Casa Real belga, la respuesta del equipo del rey Felipe y la reina Matilde resultó sorprendentemente ambigua. Los representantes de la monarquía indicaron que habían visto la fotografía, pero no podían afirmar con certeza si era auténtica o creada mediante inteligencia artificial. Añadieron además que no comentan cuestiones de índole personal, evitando así negar directamente la posibilidad de una relación romántica entre los jóvenes. En este contexto, el experto en la familia real belga, Wim Dehandschutter, avivó aún más la polémica al declarar en una revista que las familias de los monarcas son muy cercanas. Explicó que sus padres no solo son colegas, sino también amigos, e incluso, de alguna manera, una familia, sugiriendo que Elisabeth y Georg se conocen desde la infancia, por lo que un posible romance no sería tan descabellado.
Ante la reacción prudente de sus colegas belgas, el secretario personal del príncipe heredero Alois decidió poner fin a las especulaciones y emitió una declaración firme para los medios de comunicación. En su mensaje, afirmó que la persona en la fotografía no es Su Alteza el Príncipe Georg de Liechtenstein. El texto señalaba claramente que se trataba de una falsificación generada por inteligencia artificial. De este modo, la Casa Principesca de Liechtenstein aclaró por completo la situación.
Si se confirma que la imagen es realmente un montaje y que entre Isabel y George existe solo una amistad, entonces oficialmente seguirá sin conocerse nada sobre la vida privada de la heredera belga. El año pasado, la prensa de su país le atribuía una relación con Nicholas Dodd, un británico de 20 años con quien estudiaba en Oxford. Sin embargo, un familiar del joven desmintió estos rumores, aclarando que simplemente asisten a la misma universidad y comparten actividades académicas, al igual que muchos de sus amigos. En cuanto al príncipe George, mantuvo una relación durante al menos un año con la princesa Nives von der Leyen. Fue ella misma quien confirmó el vínculo al publicar fotos juntos en su cuenta de TikTok. Aunque su relación sentimental terminó hace tiempo, asistió con su hermana mayor, Cecilia, a la reciente boda de la hermana de George, la princesa María Carolina.
Esta historia puede ser otra advertencia más sobre los riesgos de las fotografías creadas o alteradas con inteligencia artificial. Al parecer, nos tocará seguir esperando una nueva boda entre miembros de casas reales gobernantes en Europa, algo cada vez más inusual. La última unión de este tipo se celebró en 1982, cuando el tío abuelo de George, el príncipe Nicholas, se casó con la princesa Margarita de Luxemburgo. Mientras tanto, el hermano menor de la duquesa de Brabante, el príncipe Emmanuel, reaccionó a los rumores en su cuenta de Instagram dejando un breve mensaje: «Ustedes respeten la vida privada. Tengan empatía. ¡No es tan difícil!».
