
Lejos de las concurridas playas de la Costa del Sol, en la zona montañosa de la provincia de Málaga, se esconde una joya natural que cada año atrae a más visitantes. Se trata de la llamada Cueva del Gato, situada en el municipio de Benaoján, dentro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Este lugar se ha convertido en un verdadero fenómeno en las redes sociales gracias a su belleza paisajística y ofrece una alternativa refrescante al tradicional turismo de playa.
La principal atracción es una piscina natural de aguas cristalinas y muy frías, conocida como Charco Frío. Se forma en la salida de la cueva, donde un potente caudal de agua emerge a la superficie desde el complejo sistema kárstico subterráneo Hundidero-Gato. Tras un largo recorrido bajo tierra, el agua adquiere un tono esmeralda que contrasta de forma espectacular con las rocas calizas y la exuberante vegetación que la rodea. La formación rocosa en la entrada de la cueva, según muchos, recuerda al rostro de un gato, lo que da nombre a este paraje.
Además de su belleza, la Cueva del Gato tiene una gran importancia ecológica. En su interior, que se extiende por varios kilómetros, se encuentran lagos subterráneos, cañones y formaciones geológicas de hasta sesenta metros de altura. Además, alberga una de las mayores colonias de murciélagos de la península ibérica. Para preservar este ecosistema único y garantizar la seguridad, el acceso al interior de la cueva está estrictamente restringido y solo está permitido a espeleólogos experimentados con autorización especial. Sin embargo, la zona exterior con la piscina natural está abierta para el baño y el descanso.
Para evitar una afluencia excesiva de visitantes y conservar el entorno natural, el ayuntamiento de Benaoján ha implantado un sistema de control de acceso durante la temporada alta. En los meses de verano de 2025, se cobrará una tarifa simbólica por la entrada al recinto. Para los adultos, el precio oscila entre 2 y 2,5 euros, y para los niños, entre 1 y 1,5 euros, según el día de la semana. Los fondos recaudados se destinan a mantener la limpieza, garantizar la seguridad de los visitantes y cuidar el entorno. Llegar a la Cueva del Gato es muy sencillo: se encuentra a solo unos kilómetros de la ciudad de Ronda. Cerca hay zonas habilitadas para aparcar, desde donde un corto sendero peatonal conduce hasta la piscina natural.






